El comité de empresa del hospital Povisa decidirá el próximo lunes si convoca una huelga para mostrar su rechazo al despido de 13 trabajadores que ha comunicado la dirección esta mañana, una semana después de anunciar la retirada de un ERE que preveía la extinción de 56 contratos.
Así lo ha manifestado en declaraciones a los medios su presidenta María Jesús Neira, de CIG, que ha adelantado que esta central sindical "y la mayoría del comité" son "partidarios" de iniciar el paro. Alrededor de 40 trabajadores convocados en asamblea han cortado esta tarde el tráfico de la calle Salamanca, a las puertas del hospital, y han mostrado una pancarta con el lema "por la defensa de los puestos de trabajo". Luego han leído los nombres de los trece compañeros, diez celadores y tres empleados de archivo clínico, que serán despedidos. Durante la concentración, Neira ha denunciado el "estrés" al que se verán sometidos los trabajadores tras esta reducción en la plantilla, y ha advertido de que los despidos repercutirán en la calidad asistencial en forma de "equivocaciones" provocadas por la excesiva carga de trabajo. "Somos partidarios de ir a por todas. No podemos dejar que la gente se vaya a la calle", ha sentenciado.
La presidenta del comité ha reconocido que, una vez retirado el ERE extintivo, se esperaban que la dirección continuase "haciendo de las suyas", y ha tildado de "inentendible" que se permita ejecutar despidos que "incumplen la Ley de sanidad pública y el concierto con el Sergas". Ha realizado además una comparativa con el Hospital Xeral, que cuenta en su turno de noche con 16 celadores mientras que Povisa operará solo con tres. Neira ha recordado también que existe una sentencia "que no se está cumpliendo" y que obligaba al hospital a contratar a un mayor número de celadores y auxiliares. "A la dirección no le importan los pacientes ni los trabajadores.
Presentamos un comunicado para negociar el convenio colectivo tras la retirada del ERE y se niega", ha censurado. Ha reprochado además que la Consellería de Sanidad e incluso los jueces "se laven las manos", apuntando que "los tentáculos de la dirección" alcanzan incluso a los medios de comunicación