29 de marzo de 2023, 12:02
Seis de cada diez familias creen necesario aumentar las horas de matemáticas en el colegio, una materia que consideran igual o más relevante que el inglés e indispensable para desenvolverse en la vida diaria y optar a un mejor empleo.
Son conclusiones del “Barómetro de la educación 2023”, realizado por la plataforma educativa Smartick junto a las universidades de Málaga, Oviedo y Autónoma de Madrid y para el que se han encuestado a 9.371 familias de España, Chile, Colombia, México y Perú, de ellas 4.085 españolas.
Los resultados reflejan que el 96 % de los progenitores españoles considera las matemáticas indispensables para desenvolverse en la vida diaria; un 84 % opina que su dominio garantiza un mejor trabajo y un 73 % se muestra convencido de que las carreras técnicas (donde se exige un alto nivel de conocimientos matemáticos) permiten optar a remuneraciones más altas.
Pese a la relevancia que otorgan a las matemáticas en la enseñanza de los menores, el 46 % reconoce que sus hijos las encuentran aburridas, lo que hace que se desmotiven y tengan mayores dificultades para aprenderlas y aprobarlas; una opinión más frecuente entre las niñas que entre los niños (51 % vs 37 %).
En general, las familias achacan este prejuicio con respecto a las matemáticas a factores como la carencia de medios de refuerzo para atender las necesidades de todos los alumnos (67 %), la insuficiente preparación de los profesores (51 %) y la escasa presencia de tecnología en las aulas (43 %).
Para el 90 % de los padres españoles, la clave para mejorar esta enseñanza pasa por personalizar la formación de cada alumno en función de su nivel y capacidades.
La mayoría piensa que las aulas están demasiado concurridas y un 76 % asegura que una buena forma de poder ofrecer una formación más individualizada sería dividirlas en grupos para atender las necesidades de todos los alumnos, según su grado de conocimiento: alto, medio y bajo.
Además, ocho de cada diez familias encuestadas echan en falta un trato más directo con los profesores, que les permita realizar un seguimiento continuo del aprendizaje de sus hijos y decidir, conjuntamente con los docentes, si conviene buscar soluciones fuera del colegio, como son los métodos extraescolares.
De hecho, el 60 % reconoce que acude a estos procedimientos para que sus hijos dominen las matemáticas.
Según el último informe PISA (2018), los escolares españoles quedaron 13 puntos por debajo (481) de la media europea (494) en la categoría de competencia matemática.
La muestra para elaborar el barómetro recoge una distribución de padres con diferentes niveles de estudios completados, teniendo el 57 % estudios universitarios, el 26 % máster o doctorado, el 15 % secundaria y el 2 % primaria.
Son conclusiones del “Barómetro de la educación 2023”, realizado por la plataforma educativa Smartick junto a las universidades de Málaga, Oviedo y Autónoma de Madrid y para el que se han encuestado a 9.371 familias de España, Chile, Colombia, México y Perú, de ellas 4.085 españolas.
Los resultados reflejan que el 96 % de los progenitores españoles considera las matemáticas indispensables para desenvolverse en la vida diaria; un 84 % opina que su dominio garantiza un mejor trabajo y un 73 % se muestra convencido de que las carreras técnicas (donde se exige un alto nivel de conocimientos matemáticos) permiten optar a remuneraciones más altas.
Pese a la relevancia que otorgan a las matemáticas en la enseñanza de los menores, el 46 % reconoce que sus hijos las encuentran aburridas, lo que hace que se desmotiven y tengan mayores dificultades para aprenderlas y aprobarlas; una opinión más frecuente entre las niñas que entre los niños (51 % vs 37 %).
En general, las familias achacan este prejuicio con respecto a las matemáticas a factores como la carencia de medios de refuerzo para atender las necesidades de todos los alumnos (67 %), la insuficiente preparación de los profesores (51 %) y la escasa presencia de tecnología en las aulas (43 %).
Para el 90 % de los padres españoles, la clave para mejorar esta enseñanza pasa por personalizar la formación de cada alumno en función de su nivel y capacidades.
La mayoría piensa que las aulas están demasiado concurridas y un 76 % asegura que una buena forma de poder ofrecer una formación más individualizada sería dividirlas en grupos para atender las necesidades de todos los alumnos, según su grado de conocimiento: alto, medio y bajo.
Además, ocho de cada diez familias encuestadas echan en falta un trato más directo con los profesores, que les permita realizar un seguimiento continuo del aprendizaje de sus hijos y decidir, conjuntamente con los docentes, si conviene buscar soluciones fuera del colegio, como son los métodos extraescolares.
De hecho, el 60 % reconoce que acude a estos procedimientos para que sus hijos dominen las matemáticas.
Según el último informe PISA (2018), los escolares españoles quedaron 13 puntos por debajo (481) de la media europea (494) en la categoría de competencia matemática.
La muestra para elaborar el barómetro recoge una distribución de padres con diferentes niveles de estudios completados, teniendo el 57 % estudios universitarios, el 26 % máster o doctorado, el 15 % secundaria y el 2 % primaria.