La Fundación Franz Weber ha advertido este jueves que autorizar el inicio de la temporada de caza mayor, tras los incendios forestales que en los dos últimos meses en Galicia han arrasado más de 42.000 hectáreas, es un "ecocidio" y ha pedido que se deje a los animales supervivientes integrarse en los terrenos colindantes a los arrasados por las llamas.
La ONG naturalista señala en un comunicado que permitir estas batidas supondría un enorme impacto, pues los animales que sobrevivieron a los incendios están todavía en periodo de adaptación y, mientras compiten por los recursos con otras poblaciones, en pocas horas, "vuelven a huir de las balas de los cazadores".
Según Fundación Franz Weber (FFW), aunque la Xunta estima que 3 de cada 4 incendios tienen una intencionalidad humana detrás, "parece olvidar que el Ministerio de Agricultura señala que el 48 % de los fuegos provocados derivan de intereses ganaderos o cinegéticos", por lo que estas actividades "son responsables del nocivo impacto ambiental".
La ONG recuerda que la crisis climática está generando importantes cambios en el planeta, con olas de calor más continuadas y duraderas, o periodos de sequía, "mientras que el ejecutivo autonómico sigue basando sus políticas públicas en la subvención de actividades lesivas para la Naturaleza".
Así, FFW considera que para evitar males peores y prevenir futuros incendios y sequías es necesario "reorientar a aquellas actividades humanas responsables de la emisión masiva de gases de efecto invernadero", en concreto la ganadería, un sector que según la ONU emite alrededor del 14 % de gases de efecto invernadero.
Además, destaca "la enorme ineficiencia del sistema alimentario", pues cada kilogramo de carne consume, de media, unos 15.000 litros de agua, según señala la ONG.
FFW advierte que en Galicia, la influencia de la ganadería lechera y el sector transformador tienen un impacto hídrico considerable, pues "cada litro de leche de vaca ha supuesto un coste de 1.000 litros de agua", en un momento en el que se raciona el agua en municipios como Ribadavia (Ourense), debido a la sequía.
Por ello, desde la ONG proponen, además del fin de la caza, que los gobiernos asuman también "que no existe una cohabitación real con ganaderías y sí con cultivos, con mucho menor impacto ambiental al no tener que disponer de tanto gasto de agua, territorio ni generar emisiones al mismo nivel".