jueves. 28.03.2024

Desde octubre del año pasado, la zona de Ferrol se ha visto afectada por una serie de ataques a autobuses en los que se utiliza una escopeta de balines. La empresa de transporte Monbus ha sido blanco de tres de estos ataques en un período de nueve meses. Afortunadamente, los dos primeros ataques ocurrieron mientras los vehículos estaban en movimiento y con pasajeros a bordo, pero gracias a las ventanas de doble cristal no hubo heridos. El último incidente, sin embargo, tuvo lugar en la madrugada del domingo al lunes, apuntando por primera vez a vehículos estacionados. Hasta ahora, no ha habido detenidos ni sospechosos identificados desde el primer ataque en octubre.

Los autobuses tiroteados se encuentran en una finca cerrada por una tela metálica en la carretera de Catabois, entre Ferrol y Betanzos. Los autores se acercaron por la parte trasera de las instalaciones durante la madrugada y dispararon contra siete autobuses, dejando daños valuados en 9.000 euros. Dos parabrisas y siete lunas quedaron destrozados. Las autoridades investigan las marcas dejadas en la hierba cerca de la tela metálica.

La Policía Nacional en Ferrol está a cargo de la investigación, que está siendo coordinada por la Comisaría General de Información. El objetivo es esclarecer la autoría y los motivos detrás de estos ataques. En octubre de 2022, un autobús que realizaba el trayecto entre Pontedeume y Ferrol recibió tres impactos de bala en la carrocería y las ventanas laterales. Afortunadamente, nadie resultó herido debido al doble acristalamiento, pero la empresa presentó una denuncia. Hasta ahora, el autor o autores no han sido identificados.

En febrero de 2023, se repitió la historia en Betanzos, donde dos autobuses del servicio integrado fueron tiroteados mientras tenían pasajeros a bordo. Una vez más, el doble cristal evitó que alguien resultara herido. En ese momento, la alcaldesa de Betanzos mencionó un posible conflicto laboral en la empresa. Sin embargo, la empresa niega tener conocimiento de un conflicto sindical y se niega a relacionar los ataques con esa posibilidad. Los sindicatos y la Plataforma por un Transporte Digno han condenado estos actos.

Aunque no se ha determinado la autoría de los ataques, se observa un patrón similar en todos ellos, con el uso de escopetas de aire comprimido y balines de mayor potencia, tanto contra autobuses en movimiento como estacionados. Aunque no se descarta la posibilidad de una gamberrada, la preocupación persiste ante estos actos que ponen en peligro la seguridad y el bienestar de los pasajeros y trabajadores del transporte.

Sin resolver el misterio de los autobuses tiroteados en Ferrol: diez ataques en nueve...