jueves. 28.03.2024
Considerada como la primera gran romería gallega de la primavera, la cita anual de Ferrol con su patrona, la Virgen del Nordés, ha atraído este lunes a muchos curiosos en una jornada sin lluvia y que permite alargar otras 24 horas el período vacacional en la ciudad naval.

El Lunes de Pascua es un día de venta de velas y rosquillas junto a la ermita del monte de Chamorro, de bocadillos para comer en sus inmediaciones, y de sonido de gaitas como acompañamiento a la procesión posterior a la misa solemne.

El oficio ha estado presidido por el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos, y a su término la imagen ha recorrido el entorno en su primera salida tras la reciente polémica que ha rodeado a la talla.

Sus orígenes permiten remontarse al Medievo y la intención de sus propietarios de promover una recuperación de la Virgen provocó que su nombre llegase a medios de comunicación de alcance nacional.

Alertada por la posibilidad de un nuevo Ecce Homo de Borja, la Asociación para la Defensa del Patrimonio Cultural Gallego alzó la voz ante el plan de los dueños, que querían limpiar la imagen antes de esta romería.

Afectada por el paso del tiempo o por el humo de las velas en el pequeño templo, la iniciativa quedó paralizada por requerir de autorización del departamento de Patrimonio de la Xunta de Galicia y de seguimiento por parte de profesionales especializados.

La polémica mediática fue igualmente decisiva para que la idea esté ahora aparcada y la Virgen de Chamorro haya desfilado por los aledaños de su capilla sin cambios en su rostro y en su indumentaria.

El alcalde de Ferrol, Ángel Mato, ha sido una de las muchas personas que se ha dejado ver por la zona, como también los trabajadores del centro logístico de una gran superficie comercial en el vecino municipio de Narón (A Coruña), en huelga indefinida desde hace casi dos meses y que han dialogado con el regidor junto al templo.

Las primeras referencias sobre la iglesia, de propiedad privada y ubicada en uno de los miradores más privilegiados sobre la ría de Ferrol, datan de la recta final del siglo XV, pero la talla es anterior, del XII.

El festejo acarrea cada año un despliegue de seguridad por parte del Ayuntamiento de Ferrol, que cierra la carretera de subida al monte y ofrece un servicio de autobús para personas con movilidad reducida.

Venerada en toda la comarca, su repercusión nacional se ha ido apagando con el paso de las semanas, pero Nuestra Señora del Nordés mantiene viva la llama de la fe para los incondicionales, para los de siempre. 

Virgen de Chamorro, más tradición y menos polémica