jueves. 01.05.2025

Del 7 al 11 de mayo, la ciudad de Tui volverá a convertirse en el epicentro del cine independiente con una nueva edición del Play-Doc, un festival que, a lo largo de dos décadas, se ha consolidado como uno de los grandes escaparates del cine más libre, audaz y personal. En su 21ª edición, el festival gallego recupera y reivindica las obras de dos figuras clave del nuevo cine estadounidense de los años 60 y 70: Monte Hellman y Elaine May.

Ambos cineastas, a pesar de su enorme influencia, han permanecido en gran parte en la sombra, con filmografías dispersas y difícilmente accesibles. Play-Doc los pone ahora en el centro, con dos retrospectivas que permitirán descubrir —o redescubrir— su obra en pantalla grande, en un contexto que invita al análisis, al debate y, sobre todo, al disfrute cinematográfico.

Monte Hellman: el narrador de los márgenes

Nacido en Brooklyn y formado en la escuela de Roger Corman, Monte Hellman fue un director inclasificable, pionero de un cine de autor dentro del sistema estadounidense. En 1966 sorprendió con dos westerns rodados consecutivamente: The Shooting y Ride in the Whirlwind, producidos y protagonizados por un joven Jack Nicholson. Películas minimalistas, existenciales y alejadas del western clásico, que ya dejaban ver su particular mirada.

Su obra más emblemática llegaría en 1971 con Two-Lane Blacktop, una road movie atípica que ha terminado por convertirse en una película de culto. A esta se suma Cockfighter (1974), una historia sobria y seca ambientada en el mundo de las peleas de gallos, de nuevo con su actor fetiche, Warren Oates.

A pesar de una filmografía breve y poco reconocida comercialmente, Hellman dejó una huella profunda en generaciones posteriores de cineastas, incluyendo a Quentin Tarantino, que lo consideró una referencia clave.

Elaine May: talento, sátira y vanguardia

Pionera y única mujer dentro del movimiento del “Nuevo Hollywood”, Elaine May irrumpió con fuerza en el cine tras una exitosa carrera como comediante y dramaturga. Debutó como directora en 1971 con A New Leaf, una comedia negra que desafía los moldes del género. Un año después, firmó The Heartbreak Kid, otra comedia con un filo afilado, donde los vínculos afectivos y el dinero se cruzan con consecuencias imprevisibles.

Pero fue con Mikey and Nicky (1976) cuando May se desmarcó del todo. Este drama crudo sobre la amistad entre dos gangsters, con un estilo cercano al de John Cassavetes, fue incomprendido en su estreno pero hoy se reivindica como una obra maestra olvidada. Elaine May, con apenas unas pocas películas, logró crear un universo personal, crítico y único en la historia del cine estadounidense.

Mucho más que cine

Además de las retrospectivas, Play-Doc 2025 incluirá sus tradicionales secciones competitivas, nuevos focos temáticos, clases magistrales, conciertos en directo, proyecciones especiales y sesiones de cine expandido. También contará con actividades para profesionales a través de su plataforma VENTURA, centrada en el desarrollo de proyectos, coproducción y formación.

La convocatoria para participar en las secciones competitivas del festival sigue abierta hasta el 7 de abril.

Con esta nueva edición, Play-Doc reafirma su apuesta por un cine que desafía los límites, da voz a lo marginal y ofrece a los espectadores una experiencia cinematográfica única, que va más allá de lo convencional.

El festival Play-Doc celebrará su 21ª edición rindiendo homenaje a dos leyendas del...