miércoles. 17.04.2024

En las elecciones autonómicas del próximo domingo tan solo repiten dos candidatos con respecto a las anteriores: Alberto Núñez Feijóo, que aspira a revalidar su cargo por cuarta vez, y la líder del BNG, Ana Pontón, que enfrenta el doble reto de acabar con la mayoría absoluta del PPdeG y liderar su alternativa.

 

Las expectativas del BNG poco tienen que ver con las de hace cuatro años, cuando celebraron seis escaños como una gran victoria; Ana Pontón (Sarria, 1977) es la gran responsable de que esos seis escaños no fuesen menos, así como de que ahora la formación nacionalista pueda aspirar de forma realista a liderar la oposición… o un Gobierno.

 

Militante del BNG de toda la vida -empezó su andadura en Galiza Nova con 16 años-, Pontón asumió el liderazgo de la formación nacionalista en sus horas más bajas, cuando la Alternativa Galega de Esquerda (AGE) de su histórico dirigente Xosé Manuel Beiras primero y En Marea después le arrebataron su tradicional espacio dentro de la izquierda. Esta licenciada de Ciencias Políticas e integrante de la Unión do Povo Galego (UPG) -fuerza mayoritaria dentro de la formación nacionalista- tomó el testigo de Xavier Vence, quien tuvo que pilotar la travesía en el desierto del BNG y las tensiones internas tras la etapa de Anxo Quintana y el Gobierno bipartito.

 

Así, en febrero de 2016, Pontón fue elegida portavoz nacional del BNG y, siete meses después, ya como candidata, logró “derrotar a las encuestas”, como celebró en la noche electoral, al obtener seis escaños tras un acelerón en el final -particularmente de la campaña electoral-, que había arrancado con la posibilidad de que no obtuviesen un grupo parlamentario propio. La receta desde que dirige el BNG ha sido la de renovar rostros y discurso para ofrecer una versión más moderna y transversal del nacionalismo gallego, apelando a una base más amplia de votantes.

 

De la mano de esta estrategia, la formación frentista ha logrado recuperar la representación en el Congreso de los Diputados, con un parlamentario -Néstor Rego- que logró economizar su escaño firmando un acuerdo de investidura con el PSOE.

 

Durante la legislatura, los cambios de liderazgo en el PSdeG y las disputas internas en el seno de la izquierda rupturista han ido permitiendo al BNG recuperar terreno, de tal modo que la más pesimista de las previsiones para este domingo apunta a que doblará su representación, y la más optimista, a que será segunda fuerza.

 

El peso específico de la candidata en la campaña electoral -la segunda más valorada después de Núñez Feijóo- está siendo muy importante: su primera jornada arrancó acompañada de sus padres en su Chorente natal, una aldea “en la que veía pasar el tren, pero donde nunca paraba”, una metáfora que ha trasladado al conjunto de Galicia.

 

Pontón afrontaba las elecciones previstas para el 5 de abril tras haber sido madre -de una niña, Icía- en enero, escasos días después de haber sido proclamada candidata de nuevo; la pandemia, sin embargo, cambió por completo el calendario y obligó a reformular la campaña.

 

Ahora, su estrategia pasa por instar a una “movilización masiva” para lograr un cambio, impidiendo la cuarta mayoría absoluta de Núñez Feijóo; por si este reto fuera poco y tras haber rescatado al BNG en sus horas más bajas, apela a “hacer historia” situando a una “mujer nacionalista y feminista” al frente de la Xunta por primera vez.

Ana Pontón, la salvadora al BNG que busca dar la sorpresa el 12-J