26 de diciembre de 2022, 10:04
Hace un año, nada hacía presagiar a Alfonso Rueda que 2022 sería el año que le cambiaría la vida y en el que le tocaría dar un paso al frente, un acelerón -en el caso de este aficionado a las motos- para abandonar el eterno segundo puesto y ponerse al frente de la Xunta de Galicia y del PP gallego.
Aunque la vida de Alfonso Rueda (Pontevedra, 1968) estuvo ligada a la política desde que fue presidente de las Nuevas Generaciones del PP en Pontevedra en 1993, con un oficio que había visto en su propia casa, su perfil siempre había sido de actor secundario. A la sombra de Alberto Núñez Feijóo.
Pero en la primera mitad de 2022 las tornas cambiaron. Con la marcha de Alberto Núñez Feijóo a reconstruir el PP desde la calle Génova de Madrid, la presidencia de la Xunta y el liderazgo del PP en Galicia quedaban huérfanos y todas las miradas miraban en la misma dirección.
Mucho se había hablado en los corrillos populares de 'quién' sería el elegido para sustituir al presidente gallego pero nadie contaba con que la decisión tuviese que tomarse en escasas semanas y a contrarreloj.
Rueda era el candidato “previsible” y continuista, el relevo sin alborotos y, pese a que las ansias de poder son evidentes desde todas las provincias, fue él quien contó con el respaldo de todos para convertirse en el nuevo 'jefe'.
Con 'Mi gran noche', de Raphael, como hilo musical, en el mes de abril el número dos se ofrecía a sustituir a Núñez Feijóo y, en cuestión de un mes, se hizo con el bastón de mando del Gobierno y del partido.
El 14 de mayo tomó posesión como sexto presidente de la Autonomía de Galicia y a la semana siguiente fue proclamado líder del PP gallego. Desde ahí, todo cambió.
El propio Rueda admite que su agenda mudó por completo y, en días en los que antes tenía un acto o dos, ahora tiene un programa diario que, por lo general, supera la media docena de actos, públicos y privados.
Los focos se posaron en él, en un momento en el que darse a conocer entre los gallegos es muy importante tras casi 15 años a la sombra de Núñez Feijóo y en un momento en el que la pregunta “¿Cómo es Rueda?” resuena en casa de todos los gallegos.
“A veces hasta me lo preguntan a mí”, bromeaba el propio presidente de la Xunta, en trato cercano con los periodistas estas navidades; las primeras en las que él ejerce como anfitrión de San Caetano.
La época festiva cierra un año en el que el mandatario autonómico ya ha tenido que lidiar con sus primeros frentes: la oleada de incendios de este verano, el alza inflacionista y la crisis en la sanidad gallega ante la que, tanto partidos de la oposición como sindicatos y profesionales, le urgen medidas y responsabilidades.
Por la contra, su marcador anota también el haber aprobado los mayores presupuestos de la historia de Galicia, 12.620 millones de euros.
Finaliza 2022 pero 2023 será un año clave para Alfonso Rueda. En mayo, cumplirá su primer año al frente del PPdeG y, precisamente ese mes, deberá medir sus fuerzas en la cita electoral que menos alegrías ofrece a los populares gallegos: las elecciones municipales.
El motor de la moto de Rueda ya está encendido para lograr el objetivo de conseguir alguna alcaldía de la Galicia urbana y recuperar alguna diputación, como paso previo a, ya en 2024, conseguir que, esta vez, sean las urnas quienes lo sitúen al frente de la Xunta de Galicia.
Aunque la vida de Alfonso Rueda (Pontevedra, 1968) estuvo ligada a la política desde que fue presidente de las Nuevas Generaciones del PP en Pontevedra en 1993, con un oficio que había visto en su propia casa, su perfil siempre había sido de actor secundario. A la sombra de Alberto Núñez Feijóo.
Pero en la primera mitad de 2022 las tornas cambiaron. Con la marcha de Alberto Núñez Feijóo a reconstruir el PP desde la calle Génova de Madrid, la presidencia de la Xunta y el liderazgo del PP en Galicia quedaban huérfanos y todas las miradas miraban en la misma dirección.
Mucho se había hablado en los corrillos populares de 'quién' sería el elegido para sustituir al presidente gallego pero nadie contaba con que la decisión tuviese que tomarse en escasas semanas y a contrarreloj.
Rueda era el candidato “previsible” y continuista, el relevo sin alborotos y, pese a que las ansias de poder son evidentes desde todas las provincias, fue él quien contó con el respaldo de todos para convertirse en el nuevo 'jefe'.
Con 'Mi gran noche', de Raphael, como hilo musical, en el mes de abril el número dos se ofrecía a sustituir a Núñez Feijóo y, en cuestión de un mes, se hizo con el bastón de mando del Gobierno y del partido.
El 14 de mayo tomó posesión como sexto presidente de la Autonomía de Galicia y a la semana siguiente fue proclamado líder del PP gallego. Desde ahí, todo cambió.
El propio Rueda admite que su agenda mudó por completo y, en días en los que antes tenía un acto o dos, ahora tiene un programa diario que, por lo general, supera la media docena de actos, públicos y privados.
Los focos se posaron en él, en un momento en el que darse a conocer entre los gallegos es muy importante tras casi 15 años a la sombra de Núñez Feijóo y en un momento en el que la pregunta “¿Cómo es Rueda?” resuena en casa de todos los gallegos.
“A veces hasta me lo preguntan a mí”, bromeaba el propio presidente de la Xunta, en trato cercano con los periodistas estas navidades; las primeras en las que él ejerce como anfitrión de San Caetano.
La época festiva cierra un año en el que el mandatario autonómico ya ha tenido que lidiar con sus primeros frentes: la oleada de incendios de este verano, el alza inflacionista y la crisis en la sanidad gallega ante la que, tanto partidos de la oposición como sindicatos y profesionales, le urgen medidas y responsabilidades.
Por la contra, su marcador anota también el haber aprobado los mayores presupuestos de la historia de Galicia, 12.620 millones de euros.
Finaliza 2022 pero 2023 será un año clave para Alfonso Rueda. En mayo, cumplirá su primer año al frente del PPdeG y, precisamente ese mes, deberá medir sus fuerzas en la cita electoral que menos alegrías ofrece a los populares gallegos: las elecciones municipales.
El motor de la moto de Rueda ya está encendido para lograr el objetivo de conseguir alguna alcaldía de la Galicia urbana y recuperar alguna diputación, como paso previo a, ya en 2024, conseguir que, esta vez, sean las urnas quienes lo sitúen al frente de la Xunta de Galicia.