sábado. 20.04.2024

El documental "A volta dos nove", que tras estrenarse en Vigo ha recalado en Compostela, es un trabajo de memoria histórica que dirige Antonio Caeiro, un hombre que ha querido hacer "memoria sobre la memoria" de un hecho que en plena represión franquista quedó "grabado a fuego" en el Val Miñor.

 

"En Galicia muchos saben de las nueve cruces, pero no su significado", cuenta en una entrevista con EFE, y explica que si se decidió por esta producción fue porque de niño tuvo acceso a esa "historia de valor y resistencia" fruto únicamente de la venganza. La productora O Faiado da Memoria ha querido llevar a la pantalla la historia de nueve varones que el día 16 de octubre de 1936 fueron sacados de la prisión habilitada en el Frontón de Vigo y fusilados en la curva de A Bombardeira, en Baredo, conocida desde entonces como A Volta dos Nove.

 

Este brutal episodio de represión se desencadenó después de que dos hermanos, un anarquista y un socialista, matasen por accidente a un falangista que irrumpió en su casa.

 

Desde el día de la matanza hasta que la dictadura terminó siempre aparecieron en esa curva nueve cruces, recuerda Caeiro, y pese a ser borradas "una y otra vez", siguieron apareciendo a lo largo de más de cuatro décadas. "Yo, que soy de la zona -detalla- recuerdo que la gente hablaba de que eran las meigas y los espíritus quienes las dibujaban", y narra que en la actualidad esa curva es "un espacio para la memoria, y las cruces que tantas veces se intentaron borrar, hoy están impresas como recuerdo".

 

Precisamente, el relato audiovisual se inicia en ese lugar y en el momento presente, y a continuación el viaje lleva al espectador hasta el inicio de la guerra civil. Todo "se revive" con testimonios orales, de vecinos y familiares que todavía recuerdan lo acontecido. "A volta dos nove" es para Antonio Caeiro la forma de reivindicar la memoria de los fallecidos".

 

El documental comenzó a grabarse en 2006, pero no pudo terminarlo hasta 2014 porque hubo "problemas con la investigación" en forma de vetos. La única explicación que encuentra para ello es que algunos "no tienen interés en que nos metamos en un pasado que no quieren que la gente recuerde".

 

Así, lamenta que este trabajo no haya podido exhibirse en Nigrán (Pontevedra), "el lugar más representativo, ya que seis de los muertos eran de allí", y asegura que el gobierno local se negó por falta de espacio, "cuando en el lugar donde debía proyectarse no hubo nada ni la semana antes ni la de después". Por este motivo, este creador no entendió la negativa, menos cuando su obra incide más en la parte "emotiva", mucho más que en la política en sí. "De hecho, se estrenó con lleno total el pasado septiembre en la ciudad de Vigo", observa, y "ese lleno empieza a ser habitual en todos los sitios por los que vamos pasando, así que funciona de maravilla".

 

"A volta dos nove" completa la "tristeología" de Antonio Caeiro, un término que él mismo ha creado, y en el que incluye "Aillados" y "A memoria dos tempos do wolfram". Esta última incursión, la de "A volta dos nove", pudo financiarla a través del micromecenazgo, y "con ello pudimos saber si valía la pena o no, si la gente lo quería ver". Al final sucedió que se superó la cantidad que se necesitaba, por lo que "la historia de la memoria no está agotada como muchos piensan".

 

Caeiro: "En Galicia muchos saben de las nueve cruces, pero no su significado"