23 de septiembre de 2022, 10:57
La pertinaz sequía y las elevadas temperaturas del verano son la causa de que la cosecha de castaña en Galicia se presente bastante “irregular”, con peor pronóstico en la zona sur de la comunidad autónoma, según ha informado el presidente del consejo regulador de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Castaña de Galicia, Jesús Quintá.
“No va a ser una buena cosecha”, dijo Quintá, pero también reconoció que la situación de los árboles y del fruto varía mucho en función de las zonas productoras. Las últimas precipitaciones han mejorado algo las perspectivas en “los lugares más húmedos”, principalmente en la provincia de Lugo.
“Hay zonas en las que habrá algo de cosecha, pero en la zona sur creo que el agua no llegó a tiempo”, dijo Quintá.
Se nota esa merma, especialmente, en “la zona sur de la provincia de Ourense, casi en el límite con Portugal” y en otras zonas de Galicia donde el calor extremo y la falta de precipitaciones han “provocado mucho estrés hídrico en los árboles”.
La amenaza para el sector en los últimos años de la plaga de la avispilla “parece que está bastante controlada”, dijo Quintá, por lo que confía en que “ya no se va a notar tanto” su presencia como en las últimas campañas de cara al resultado de la cosecha.
En todo caso, también precisó que habrá que esperar a que caigan las primeras castañas para hacer una previsión más precisa de la cosecha de este año.
“Aún faltan entre quince y veinte días para que empiecen a caer las primeras castañas en Galicia”, concluyó.
“No va a ser una buena cosecha”, dijo Quintá, pero también reconoció que la situación de los árboles y del fruto varía mucho en función de las zonas productoras. Las últimas precipitaciones han mejorado algo las perspectivas en “los lugares más húmedos”, principalmente en la provincia de Lugo.
“Hay zonas en las que habrá algo de cosecha, pero en la zona sur creo que el agua no llegó a tiempo”, dijo Quintá.
Se nota esa merma, especialmente, en “la zona sur de la provincia de Ourense, casi en el límite con Portugal” y en otras zonas de Galicia donde el calor extremo y la falta de precipitaciones han “provocado mucho estrés hídrico en los árboles”.
La amenaza para el sector en los últimos años de la plaga de la avispilla “parece que está bastante controlada”, dijo Quintá, por lo que confía en que “ya no se va a notar tanto” su presencia como en las últimas campañas de cara al resultado de la cosecha.
En todo caso, también precisó que habrá que esperar a que caigan las primeras castañas para hacer una previsión más precisa de la cosecha de este año.
“Aún faltan entre quince y veinte días para que empiecen a caer las primeras castañas en Galicia”, concluyó.