sábado. 14.12.2024

Las colas que este 20-D registraron los colegios electorales en Ferrol se trasladaron hoy a las administraciones de lotería, con el desconocimiento, hasta mañana, de si el Gordo estará más o menos repartido que los escaños en el Congreso de los Diputados.

 

La incertidumbre y la ilusión se entremezclaban esta mañana en los rostros de las personas que se disponían a realizar un gesto contrario al de ayer, recogiendo una papeleta de detrás de una ventanilla en vez de depositarla en una urna, con una proporción semejante, eso sí, de indecisos que escogieron el número antes de pagarlo y otros que llevan repitiendo el mismo durante mucho tiempo.

 

El sorteo de Navidad de este año viene, además, de la mano de una efeméride en Ferrol, que celebra el centenario de su único Gordo, el de 1915, cuando la tripulación del acorazado Alfonso XIII se repartió los seis millones de pesetas que dejó el 48.685 en la administración nº 1, donde ya no queda ni rastro de los billetes del número.

 

"Muchos de los que vinieron hoy lo pidieron, pero se agotó hace días", cuenta a Efe Mari Docampo, dueña de una administración en la que asegura que "este año hay muchas ventas, bastantes más que en los anteriores". La ilusión de que la efeméride devuelva el Gordo al pequeño local de la calle Coruña la viven, desde hace casi nueve años, a un paso de la plaza del Inferniño, donde el 92.034 de la Lotería del Niño dejó 34 millones de euros en 2007 y hoy las colas llegaban a la calle.

 

Después del puente de la Constitución, la jornada previa al día del azar ha servido para dar salida a los billetes que todavía colgaban de los hilos tras la ventanilla, entre los que apenas se veían números finalizados en 7 y 5, ésta última cifra, una terminación que se ha repetido hasta en 32 ocasiones entre los primeros premios en toda la historia del sorteo. "Este año hemos vendido mucho el 2 también", señala la propia Mari Docampo, que no encuentra motivo aparente de la elección de esta terminación, mientras se escuchaba un "¡Ojalá toque aquí!" extrapolable a cada rincón de España cada vez que se acerca el 22 de diciembre.

 

Las ventas empezaron en el mes de julio, pero el verano es una época reservada, sobre todo, a los turistas que se llevan el billete de lotería como recuerdo y no vuelven a la ciudad, mientras a última hora de la víspera las administraciones se llenan de familias como la de Isabel Naveira, que fue con su marido y sus hijos "con mucha ilusión" a la administración del Inferniño esperando que esta vez su número sea el premiado. Otro que acudió acompañado fue Felipe Cotovad, que iba con la intención de adquirir únicamente un décimo para toda la familia en la calle Rubalcava y al final vio cómo sus parientes "se animaron también a comprar", buscando que el azar les corresponda, al igual que a Alberto Tizón, sin tiempo hasta hoy para acercarse a la administración del Callao, pero con esperanzas de que los pequeños de San Ildefonso canten su número y toque en la urbe naval.

 

En apenas unas horas las pequeñas bolas de madera empezarán a salir del bombo en Madrid, con el fin de transformar las esperanzas en premios y la ilusión en realidad, intentando que todos los "¡ojalá!" que se escucharon hoy en Ferrol no se los lleve el viento.

Colas, premura e ilusión a un día del sorteo de Navidad