Un nuevo estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha puesto de relieve la importancia no solo de lo que comemos, sino también de cuándo lo hacemos, en la gestión del peso corporal. Los resultados, basados en una investigación con más de 7.000 participantes, sugieren que un ayuno más prolongado durante la noche y la costumbre de desayunar temprano están asociados con un menor Ãndice de masa corporal (IMC). Esta investigación, publicada en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, refuerza la idea de que comer en horas más tempranas se ajusta mejor a los ritmos circadianos, lo que permite una mejor quema de calorÃas y una mayor regulación del apetito.
El estudio subraya que la práctica de alargar el ayuno nocturno, siempre acompañada de cenas y desayunos tempranos, podrÃa ser una estrategia efectiva para mantener un peso saludable a largo plazo. Sin embargo, los investigadores señalan que se necesitan más evidencias antes de emitir recomendaciones definitivas. Los patrones alimentarios que no respetan los ciclos naturales del cuerpo, como saltarse el desayuno o comer muy tarde, podrÃan interferir con el reloj biológico interno, lo que explica por qué algunas prácticas de ayuno intermitente no resultan tan efectivas para todos los grupos de personas.
La investigación también reveló diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a sus hábitos alimenticios y el impacto sobre el IMC. Mientras que las mujeres tendÃan a seguir una dieta mediterránea con menor consumo de alcohol, los hombres que retrasaban el desayuno hasta la tarde mostraban mayores tendencias hacia estilos de vida menos saludables, como fumar o beber en exceso, lo que podrÃa influir negativamente en su peso.