La Policía Nacional ha detenido a 22 personas en una operación en que ha desmantelado en Constantí (Tarragona) una fábrica clandestina para falsificar hasta 13 marcas de tabaco, con una capacidad de producción inaudita en España, ya que podía elaborar casi medio millón de cajetillas en un solo día. Según ha informado este lunes la Policía, la red llevaba el tabaco a granel desde Bulgaria y, una vez en España, lo transformaba en cigarrillos de hasta trece marcas distintas en la nave de Constantí, donde los manufactureros, llegados por carretera desde otros puntos de Europa, vivían en total clandestinidad, con las puertas cerradas, sin ventanas, sin móviles y sin comunicación con el exterior.
La organización disponía de tres naves industriales: dos en Sant Quirze del Vallès (Barcelona), que utilizaba como almacén, y la de Constantí, utilizada como fábrica ilícita de cigarrillos en campañas intensivas de pocos meses, lo que dificultó su localización. Según la Policía, nunca antes se había desmantelado una fábrica clandestina que falsificase productos tabacaleros de tal cantidad de marcas, lo que supone un hecho inédito en España.
La fábrica, con un sofisticado sistema para insonorizar el ruido de las máquinas, tenía tal capacidad de producción que en un solo día era capaz de manufacturar cajetillas suficientes para completar la carga de un camión como el que los agentes intervinieron en Sevilla, que transportaba un total de 437.500 cajetillas, con un valor de 6,5 millones de euros. La Policía y funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria siguieron el rastro de esta organización durante dos años, ya que el líder del grupo había creado una red de negocios legales en los que amparaba su actividad criminal, por lo que los investigadores tuvieron que realizar un trabajo minucioso para descifrar qué parte de la actividad era legal y cuál no.
De hecho, el líder de la organización creó una red de empresas dedicadas a la construcción de viviendas, al transporte por carretera de todo tipo de mercancías y a la compra de empresas en el extranjero, con lo que contaba con más de 200 trabajadores de la construcción de viviendas de lujo, tanto en España como en Bulgaria, y con camioneros de empresas españolas e internacionales. A lo largo de la investigación, los policías pudieron comprobar, por ejemplo, que la red utilizaba los camiones de fruta dirigidos a Sevilla para transportar cargamentos de tabaco con destino a la provincia andaluza, como el que se intervino en Mercasevilla con 437.500 cajetillas de tabaco de tres marcas distintas.
El tabaco, tanto en cigarrillos como para pipas de agua, en este caso de una prestigiosa marca árabe, estaba etiquetado en castellano e inglés, y tenía como destino Galicia, Andalucía, Reino Unido y Alemania, donde llegaban en transportes en los que se adoptaban numerosas medidas de seguridad, hasta el punto de que se realizaban cambios de remolque en zonas despobladas.
En la investigación, dirigida por el titular del juzgado de instrucción número 5 de Sabadell (Barcelona), la Policía ha detenido a 22 personas, quince de ellas de nacionalidad ucraniana -la mayoría de manufactureros llegaban de ese país-, dos de nacionalidad búlgara, tres españoles, uno moldavo y un marroquí. Según la Policía, el tabaco llegaba a granel desde Bulgaria, sin pasar los pertinentes controles aduaneros, por lo que la red está acusada de los delitos de contrabando, contra la propiedad intelectual, blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y contra la Hacienda Pública.