viernes. 19.04.2024

Desde hace unos años Susana López Rubio transita entre el guion y la literatura, dos mundos igual de diferentes que los de su última novela, "Flor de Sal" (Espasa), en la que refleja el choque entre la sociedad madrileña de principios del siglo XX y el desconocido paisaje del Salar de Uyuni. "Al principio quería hacer una novela de aventuras", ha afirmado López Rubio (Madrid, 1978) en una entrevista con Efe con motivo de la promoción en Galicia, en la cual ha asegurado que con la tecnología "se ha perdido la épica y la aventura" que supone viajar y descubrir lugares desconocidos.

 

En su lista de "lugares que no debes perderte" estaba el Salar de Uyuni, el mayor desierto del mundo, situado en Bolivia, una de esas partes del mundo que son "únicas" y en la que la escritora decidió ubicar a Julieta, la protagonista de su novela, una joven madrileña de comienzos del siglo XX.

 

En su novela, Julieta realiza una gran travesía para encontrarse con su padre, que dirige una mina de estaño cerca de la ciudad de Potosí, y allí se enfrentará al choque entre dos mundos muy distintos y será una oportunidad para que, según cuenta López, "pueda mirarse al espejo y encontrase a sí misma". "Parece que durante la Primera Guerra Mundial siempre tienes que ubicar la historia en Europa. Sin embargo seguían pasando cosas en el resto del mundo", afirma la escritora y explica que la relación entre estos dos lugares "no es casual", ya que las minas de estaño de Bolivia eran muy importantes para el desarrollo de la guerra.

 

"Mientras no se invente la máquina del tiempo, yo creo que las novelas son la alternativa más barata y más aproximada para poder conocer otras realidades", declara la escritora, que en su novela, además de este gran choque cultural entre blancos, mestizos e indígenas, también esconde una historia de amor y secretos familiares.

 

"Con las novelas me da la sensación de que aprendo más cosas", explica López Rubio, que cuenta también con una dilatada carrera en el mundo de la televisión, en el que ha escrito capítulos de series como "Hospital Central o "Física o Química", ha sido la responsable de la adaptación de la novela de María Dueñas "El tiempo entre costuras" y la creadora de la serie "Acacias 38". "Estoy acostumbrada a que en el guion tiene que ser todo acción por lo que poder narrar en primera persona es un descanso", afirma López, que considera que la novela y el guion se complementan "muy bien" a pesar de ser trabajos "muy diferentes".

 

La escritora comenta que una de las cosas buenas de la literatura es que el lector "siempre se monta en su cabeza la mejor película posible", mientras que en la televisión cuentas con un presupuesto, una ambientación y un trabajo actoral, de modo que hay otros elementos en juego. "Se puede hacer una mala película de un buen guion pero no puede salir nunca una buena película de un mal guion", declara López y añade entre risas que "lo bueno del guion es que si no funciona puedes echarle la culpa a otra gente". A pesar de que considera que el trabajo de los guionistas está "invisibilizado", López es optimista y asegura que las nuevas generaciones están poniendo cada vez más en valor este trabajo, unido a la figura del showrunner.

 

"Todos los jóvenes saben quién es Alex Pina", afirma la escritora que advierte de que las series españolas se encuentran en una edad de oro y que hay "más trabajo que nunca". La escritora nació en una época en la que "la televisión era la hermana pequeña del cine" y según dice, ha visto como ahora "se ha levantado prejuicios" y todo el mundo quiere trabajar en televisión, porque "da la oportunidad de explorar más".

 

López Rubio se encuentra actualmente trabajando en el desarrollo de "La Templanza", una serie de Amazon Prime que adapta, de nuevo, una novela de María Dueñas. Sin embargo, la escritora tiene más proyectos pendientes y asegura que le gustaría llevar a la televisión una adaptación de "Fortunata y Jacinta", de Galdós, ya que considera que los clásicos españoles, a diferencia de los ingleses, están "infravalorados". "Tampoco hay por qué hacerlo viejuno", sentencia López, que ve en "Miau", la historia de unas mujeres que tienen el salón de casa perfecto para aparentar y que en el fondo "están muertas de hambre", un claro reflejo con el mundo de Instagram.

Dos mundos enfrentados en "Flor de Sal", la nueva novela de López Rubio