viernes. 19.04.2024

El alquiler de embarcaciones como kayaks y canoas es común en la costa gallega durante los meses de verano, pero los percances ocurridos en los últimos días han recordado que el mar es impredecible y puede tornarse un peligro para el navegante.

 

Después de la desaparición de Miguel y Xabier, los dos jóvenes de Noia a los que se les perdió el rastro el pasado 6 de julio tras volcar el kayak en el que navegaban en Portosín (A Coruña), este domingo falleció un hombre de 45 años en una embarcación similar en Carnota (A Coruña). También ayer, seis piragüistas fueron rescatados tras desorientarse a causa de la niebla en Cortegada, en el ayuntamiento pontevedrés de Vilagarcía de Arousa.

 

Estos sucesos han abierto el debate sobre el uso y los peligros de este tipo de embarcaciones menores pues, según indica a Efe el jefe del Centro de Control de Tráfico y Salvamento Marítimo de Fisterra, Manuel Capeáns Álvarez, en Galicia han aumentado en los últimos años las incidencias relacionadas con todos los artefactos flotantes y actividades recreativas en las playas.

 

Este experto achaca este incremento a "una popularización en el acceso a estos artefactos" debido a que tienen precios "más asequibles" que antes, lo que ha motivado que más gente se lance a realizar estas actividades "sin atender las precauciones elementales".

 

"Lo que no cambió fue el mar y sus dificultades", enfatiza. Para Manuel Capeáns, una de las recomendaciones fundamentales es la autoprotección, que incluye el chaleco salvavidas y ser "muy precavido" con las condiciones meteorológicas, por lo que pide "no salir nunca con viento fuerte, ni con viento de tierra".

 

La segunda sugerencia esencial, explica, es que, si surge una dificultad, el kayakista lo comunique "de manera inmediata y eficaz". En este sentido, aconseja llevar el móvil para "llamar a un teléfono de emergencias" cuando sea necesario.

 

Desde este organismo de Seguridad Marítima recomiendan también "no alejarse más de seis millas de la costa" y procurar no hacerse a la mar al atardecer ni navegar de noche. Comparte estas premisas el presidente de la Federación Gallega de Piragüismo, Alfredo Bea, que insiste en que estas embarcaciones no debe usarlas ninguna persona que no haya aprendido las nociones básicas del deporte en un club o con un profesional.

 

"En las entidades deportivas lo primero que se enseña son las medidas de seguridad. Cuando un deportista empieza el deporte del piragüismo lo primero que aprende es a dar la vuelta a la embarcación y cómo actuar en caso de que se ponga mal tiempo", apunta Bea.

 

En la temporada estival muchos de sus clubes, en torno a 60 en toda Galicia, ofrecen cursillos de un día para el aprendizaje del kayak, con los que todo el que quiera puede obtener recomendaciones sobre técnica, seguridad y también salvamento, antes de embarcarse sin conocer el medio.

 

Además, subraya que antes de salir al agua es fundamental consultar las previsiones meteorológicas, pues hay varias aplicaciones para el móvil, que consultan los entrenadores y expertos, para conocer la velocidad del viento. Si el tiempo cambia en plena navegación, el kayakista debe "coger el viento de espaldas" y dirigirse de inmediato al punto de tierra más cercano, evitando llegar al destino planeado.

 

Asimismo, recuerda que es obligatorio para todas las edades y "en todas las modalidades", tanto para manejar un kayak, una canoa o una piragua, llevar puesto en todo momento el chaleco salvavidas. No navegar nunca solo es otra de las recomendaciones esenciales, señala el presidente de la federación, que aconseja "salir acompañado", de modo que vayan dos o tres embarcaciones juntas.

 

El problema, añade, puede achacarse también a la falta de requisitos para adquirir o alquilar una embarcación, pues "cualquier tienda te vende embarcaciones a remo que facilita comprarlo a cualquiera sin el mínimo conocimiento".

 

"El piragüismo es un deporte seguro", destaca Alfredo Bea, que insiste en que lo fundamental es conocerlo, pues en sus entidades y eventos, en más de treinta años, ejemplifica, no han tenido ninguna incidencia.

El chaleco salvavidas y una llamada a tiempo, esencial a bordo de los kayaks