El obligado parón de actividad en las clínicas de fertilidad se hace cuesta arriba para las mujeres que estaban intentando en los últimos meses, o incluso años, conseguir su sueño de tener hijos, especialmente en los casos en que por su edad se había convertido en una contrarreloj que ahora se complica.
Las clínicas están ofreciendo servicios de consultas por videoconferencia para hacer seguimiento y también apoyo psicológico para las mujeres a quienes estos meses de parón pondrán una nueva piedra inesperada en su camino hacia la maternidad.
Las clínicas de reproducción asistida, siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Española de Fertilidad, han paralizado todos los tratamientos a excepción de las estimulaciones ováricas, ya que era un riesgo para las pacientes no hacer las punciones finales de ovocitos que tras su extracción han sido congelados en todos los casos hasta que se reanude la actividad.
Clara Colomé, subdirectora médica de la clínica Eugin de Barcelona, ha explicado a Efe que las clínicas no están realizando transferencias de embriones a pacientes porque se considera que no hay todavía suficiente información sobre la afectación de la COVID-19.
"Parece que no hay transmisión vertical en principio, de la madre al feto, pero hay todavía escasa información y lo prudente es evitar nuevos embarazos", ha explicado.
Por contra, no existe indicio que induzca a pensar que la COVID-19 puede transmitirse a través de óvulos o espermatozoides, motivo por el que no habrá problema con las vitrificaciones realizadas a principios de año y hasta el estado de alarma. Sobre cómo se han tomado el parón las pacientes, Colomé ha destacado que la mayoría de la gente entiende perfectamente la motivación, aunque para aquellas que llevan más tiempo intentándolo sea "más difícil de gestionar".
"En cualquier caso, seguimos en contacto con nuestras pacientes a través de videoconferencia para ver cómo podemos retomar los tratamientos. Todo esto es por el bien de las futuras mamás y sus bebés", ha añadido.
También están ofreciendo ese servicio de seguimiento y apoyo a parejas y mujeres "para que estén tranquilas" desde la clínica Dexeus Mujer, ha explicado a Efe su jefe del servicio de medicina de la reproducción, el doctor Buenaventura Coroleu. "Evidentemente todo esto ha sido un problema. Pero con las técnicas actuales los ovocitos que hemos congelado tienen tanta calidad como los frescos.
Hasta que esto se aclare seguimos haciendo consultas por videoconferencia y así tenerlo todo listo con las pacientes para cuando se puedan reactivar los tratamientos", ha señalado.
En ese sentido, ha apuntado que están pendientes en las próximas semanas de los consejos de las sociedades científicas a propósito de qué protocolos médicos se siguen cuando se reabran las consultas antes de proseguir, protocolos que podrían incluir test de COVID-19 a las mujeres que intentan quedarse embarazadas.
Coroleu ha mostrado su preocupación, aun trabajando para una clínica privada, porque la Seguridad Social, que incluía algunos servicios de reproducción asistida para mujeres de menos de 40 años, recorte algunos como consecuencia de la crisis económica derivada de la crisis económica del coronavirus.
Preguntados sobre si prevén que tras la pandemia habrá un pico de natalidad, tanto natural como por técnicas de reproducción asistida, o bien un descenso por el clima de incertidumbre, ambos han señalado que es pronto para sacar conclusiones, si bien Coroleu ha apuntado que la situación económica a la baja puede hacer que muchas personas se lo "piensen más".
Por su parte, Colomé ha vaticinado que estos días de cuarentena que dan tiempo para la reflexión también llevarán a muchas personas a plantearse su futuro reproductivo.
"Pienso que pase lo que pase siempre existirá el deseo de hombres y mujeres por ser padres, eso es imparable", ha señalado. En ese sentido, ha recordado que una de las últimas pacientes a las que trató era una mujer enferma de cáncer que antes de comenzar la quimioterapia quiso preservar su fertilidad con la congelación de sus óvulos.