viernes. 19.04.2024

El presidente de la Xunta y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo (PPdeG), ha exhibido durante esta campaña su gestión durante los once años en el cargo, especialmente durante la pandemia del coronavirus, para intentar lograr su cuarta mayoría absoluta consecutiva e igualar, de este modo, a Manuel Fraga.

 

La covid-19 ha obligado a desarrollar una campaña para los comicios del 12 de julio totalmente atípica y apartada del imaginario de cualquier cargo del PP gallego durante las últimas décadas: ni grandes eventos festivos multitudinarios ni comidas de confraternización posteriores. A cambio, más actos, más contactos con la gente por toda la geografía gallega y presencia continua en las redes sociales.

 

En febrero, cuando se convocaron las elecciones de abril, posteriormente suspendidas por la pandemia, lograr cuatro mayorías absolutas consecutivas e igualar el récord de Manuel Fraga parecía el principal aliciente que había movido a Núñez Feijóo a volver a presentarse a la Presidencia de la Xunta, una decisión que había considerado durante un tiempo, sobre todo tras sopesar presentarse a un tercer mandato, en 2016.

 

Con 44 años en enero de 2006 Núñez Feijóo (Os Peares, Ourense, 1961), funcionario del cuerpo superior de la Administración gallega y bregado en labores de gestión al frente del Insalud y Correos durante los gobiernos de José María Aznar, reconocía el "vértigo" que le producía el reto que le encargaban sus compañeros.

 

En febrero de 2020, con 58 años, tras más de una década al frente del Gobierno gallego y con el sinsabor de no haber cumplido una de sus ambiciones, la de ser líder del PP, anunció que se presentaría a la Presidencia de la Xunta por cuarta vez, las mismas en que lo fue Manuel Fraga, en los comicios previstos para el mes de abril.

 

Pero la crisis del coronavirus lo cambió todo, no solo la anulación de los comicios de abril y una convocatoria posterior para el 12 de julio, no solo la forma de hacer campaña, sino también los mensajes y las motivaciones, al menos en parte. "No tengo ningún compromiso con nadie más que defender Galicia. Algunos me preguntan, ¿para qué te presentas por cuarta vez? No tienes nada que ganar.

 

Pero Galicia sí tiene mucho que ganar, necesita un gobierno que la defienda, un gobierno que gobierne y que gestione los intereses de los gallegos", decía Núñez Feijóo en un desayuno de precampaña electoral en Pontevedra el 9 de marzo, apenas unos días antes de la declaración del estado de alarma. A ese mensaje, y a otros similares reciclados de los comicios no celebrados de abril, se han sumado sus alusiones directas no solo a sus once años como presidente -"yo sé lo que es gobernar con vacas flacas", en alusión a la crisis posterior a 2008-; sino específicamente a su gestión durante la pandemia.

 

"Unos hablan, nosotros hacemos; unos prometen, nosotros cumplimos; unos solo saben criticar, nosotros actuamos", dijo este martes 7 de julio en Lugo, tras sostener que "los diez partidos" que, según él, aspiran a formar una coalición de gobierno para desbancarlo no podrían decir a día de hoy quien gestionará áreas tan importantes como la Sanidad o la Economía.

 

Y es que estos dos asuntos, junto con la Política Social, serán los temas principales que ocuparán la agenda del próximo gobierno por la crisis sanitaria, aún sin resolver, a la que seguirán una profunda crisis económica, según todas las proyecciones, y una crisis social.

 

Durante esta campaña, además, al igual que ya ocurriera en 2009 con Mariano Rajoy como líder del PP, entonces en la oposición, ha sido constante la presencia de su sucesor, Pablo Casado, en los mítines en Galicia, no siempre en los mismos actos a los que acudía Núñez Feijóo, y con quien el presidente gallego no siempre ha sintonizado, pese al esfuerzo de ambos en esta campaña por hacer ver lo contrario.

 

Ambos han chocado, sobre todo, por las cesiones al discurso de Vox que el ahora líder del PP ha hecho para mantener el poder en territorios como Madrid, Andalucía o Murcia frente a la posición más desahogada del barón gallego, comunidad donde a la formación de Santiago Abascal ni está ni se le espera.

 

También fue pública la discrepancia del presidente gallego con la elección de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso, ya que Núñez Feijóo consideraba que su perfil distanciaba al partido de los votantes de centro y no ha aparecido por Galicia en toda la campaña.

 

"Tampoco ha venido el portavoz (del PP) en el Senado (Javier Maroto) y nadie me pregunta por eso", sacaba hierro esta semana Núñez Feijóo en una charla coloquio organizada por Nueva Economía Fórum. Y es que ese votante, más centrista, más moderado, es el que pretende atrapar Núñez Feijóo el próximo 12 de julio, intentando pescar entre votos de su propio partido que no votaron por Casado en 2019 y de otros que optaron por los socialistas, partido que llegó a ganar al PP por primera vez en unas generales en Galicia en el mes de abril y que después, en noviembre, logró un empate técnico.

 

Según ha dicho estas dos semanas de campaña, él no se presenta como líder de un partido, formación de la que apenas se distinguen las siglas en su cartelería, sino como "punto de encuentro" de todos los gallegos, desde Vox y Ciudadanos hasta el PSdeG, ha defendido. Como pregunta recurrente, también en esta campaña, se le ha consultado insistentemente por si cumplirá los cuatro años de mandato en caso de renovar la confianza de los gallegos y él, casi en automático, ha respondido que siempre ha elegido Galicia.

Feijóo enfatiza su gestión durante la pandemia como aval para igualar a Fraga