Galicia es la comunidad autónoma con el mayor consumo de relajantes, tranquilizantes y somníferos y sufre cada año cuatro veces más muertes por suicidios, hasta superar las trescientas; que por accidentes de tráfico, con 79 el año pasado.
Es una realidad sobre la que alerta la presidenta de Fundación Salma para el cuidado de la Salud Mental en Galicia, Ana González (A Coruña, 1961), y "que no se puede silenciar, porque no produce el efecto llamada que se argumentó siempre, sino que visibiliza un problema", explica a Efe.
Los datos ya eran "alarmantes" antes de las restricciones de los dos últimos años "y ahora se disparan", pues "una de cada cuatro personas en Galicia padece un problema crónico diagnosticado relacionado con la salud mental", eran más de 600.000 personas antes del 2020, un 75 % más que la media del conjunto del estado.
"Eso es que algo se está haciendo mal. Las instituciones dicen que es por el clima, pero el País Vasco, que tiene un clima similar -de hecho, la provincia de Vizcaya tiene casi la mitad de horas de sol que la de Pontevedra-, tiene algunos de los mejores datos en salud mental. Es una cuestión de recursos", añade.
Con ese 23 % de personas con algún problema crónico de salud mental están las personas que las cuidan, muchas veces de sus familias, que también "acaban enfermando, con cuadros de ansiedad o depresiones", por lo que Ana González avisa de que es el momento de actuar ya que "es un problema de toda la sociedad" que al final "va a tocar a todos".
Subraya que la salud mental es un asunto "complejo" porque, a diferencia de "otras patologías, como cánceres o problemas cardíacos, en las que la gente se asocia y lucha por sus intereses", en las cuestiones mentales existía "un tabú muy grande" que, poco a poco, te supera, además del desgaste de las propias enfermedades: "La lucha del día a día te come, no te quedan energías para seguir luchando", resume.
Frente a eso, en este momento cada vez son más las voces que reclaman soluciones y medidas efectivas, como la propuesta de ley que impulsó su entidad en Galicia y que fue rechazada por el PPdeG, bajo el argumento de que Galicia ya cuenta con un plan que esta entidad ve "insuficiente y anticuado, de hace treinta años, y sin ejecutar", o el actual trabajo que realiza para hacer una propuesta de obtención de fondos europeos.
Los datos que maneja muestran una "situación insostenible" en la que "va a pasar algo", pues Galicia cuenta con siete unidades de salud mental para la infancia y la adolescencia, las etapas en las que aparecen el 75 % de los problemas, pero las esperas "son de hasta un año y muchas veces no consiguen pasar del médico de atención primaria".
"Cuando hablan de que tenemos el mejor sistema sanitario, eso no es verdad. En salud mental, el sistema descansa en los hombros de las familias y en los profesionales que le echan horas, pero el sistema no funciona y está colapsando, con profesionales que en un año tienen diez contratos cuando aquí es muy importante la continuidad terapéutica", detalla.
De hecho, en las etapas de la infancia y la adolescencia los casos "se duplican, e incluso triplican" en algunos puntos de Galicia, donde los intentos de suicidio de los jóvenes no dejan de crecer mientras "los padres van de peregrinaje de médico en médico" y a muchos les recomienda pedir un préstamo para conseguir atención privada "porque esto no puede esperar": "Son miles de familias en Galicia que no tienen una luz y no tienen a dónde agarrarse", argumenta.
La presidenta de Salma sostiene que es el momento para darse cuenta de la importancia de apostar por la salud mental, una inversión con retorno, y es necesario porque en las familias actuales cambia el paradigma y ya no está "esa mujer, una tía o una abuela, que se hace cargo de los cuidados" sino que "ahora todo el mundo tiene que trabajar".
"Estamos en colaboración con las universidades gallegas para que hagan un estudio que demuestre que invertir en salud mental es rentable a medio y a largo plazo. Hay estudios en Estados Unidos que dicen que cada dólar invertido, se recuperan entre cuatro y cinco", concluye.