viernes. 19.04.2024
Galicia vivió este 2022 una prolongada sequía que preocupó sobremanera, sufrió grandes incendios en el caluroso verano y ahora diciembre termina con lluvias acotadas a la comunidad autónoma mientras que en el resto del país la Navidad es seca y con temperaturas notablemente altas para la época del año.

Tras el abrasador verano, con máximas de hasta 44 grados, la necesidad de lluvia era acuciante por la urgencia de compensar un acentuado déficit pluviométrico. Las precipitaciones llegaron, con vehemencia y de manera generalizada, sobre todo en los dos últimos meses.

Ese corto período de tiempo hizo que quedasen atrás las imágenes de embalses medio vacíos, de restricciones severas para el consumo doméstico y de medidas paliativas tanto en la hostelería como en otros sectores, por ejemplo el de las peluquerías, sin ir más lejos.

En el municipio de Ribadavia, en Ourense, hubo salones que llegaron a rellenar tinas para los lavados en ese tiempo en el que el suministro de agua estaba acotado por franjas horarias.

Lejos quedan hoy también las instantáneas de los fuegos, sobre todo de los trece, número maldito para supersticiosos, que consumieron el 85% de la superficie quemada en este ejercicio.

Desde enero y hasta el 31 de octubre pasado, según los datos que facilitó el conselleiro de Medio Rural, José González, en la Cámara gallega ardieron 51.643 hectáreas de monte, más de 16.850 arboladas.

La tormenta eléctrica de mediados de julio, la que dejó más de 600 rayos latentes, provocó cerca de un centenar y medio de focos en la Comunidad.

De los 1.609 incendios detectados en los diez meses mencionados, preocuparon los de una magnitud desproporcionada.

O Courel, en Lugo, un tesoro natural único, estuvo entre las áreas peor paradas, con 60 aldeas desalojadas y una sierra ennegrecida. Valdeorras (Ourense), otro tanto de lo mismo. En ese caso fueron una veintena de núcleos aquellos en los que hubo que evacuar.

En el Parlamento, el representante de la cartera del ramo hizo hincapié en las condiciones meteorológicas "extremas", razón de una "situación extraordinaria de sequía en todos los ayuntamientos", los 313.

En la recta final de 2022, el primer fin de semana navideño ha dejado tiempo estable en España con lluvias acotadas al noroeste peninsular, sobre todo a Galicia.

La mala meteorología que se registraba en Nochebuena en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra), que complicó el estado de la carretera, es precisamente "uno de los factores" que estaría detrás del accidente del autobús que cayó al río Lérez causando siete muertos, el suceso más trágico de esta temporada festiva.

Que este fenómeno adverso ha sido uno de los desencadenantes de la tragedia en la carretera es lo que sostuvo el lunes en el lugar de los hechos el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, que ha asegurado, no obstante, que "todas las hipótesis están abiertas" hasta que avance la investigación que realizará la Guardia Civil con el apoyo de un "grupo especial".

Habrá que esperar por tanto a los resultados de las averiguaciones "para saber exactamente las causas y los motivos", según el alto comisionado, un trabajo, ha aventurado, para el que será clave la recuperación de los restos del autocar siniestrado, que siguen en el lecho marino.

También es imprescindible aguardar al último fin de semana del año para saber si las lluvias retornarán con la misma fuerza.

En 2021 hubo un ambiente primaveral en esa despedida. Pero en esta ocasión parece que la pequeña tregua de este lunes y martes llegará a su fin el miércoles, con la entrada, según Meteogalicia, de un frente muy activo por el noroeste.

Y a medio plazo, la predicción de este observatorio es de lluvias, una vez que las altas presiones se retiren en cuestión de horas. 

Galicia pasó en 2022 por una larga sequía, un verano muy caluroso y aguaceros