viernes. 19.04.2024

Las olas de calor que ya se pronostican para el verano que está por comenzar en el hemisferio norte serán más difíciles para los grupos vulnerables debido a las restricciones impuestas en todos los países para frenar la epidemia del coronavirus SARS-Cov-2, advirtieron expertos del clima.

 

"El COVID-19 amplifica el riesgo de las olas de calor para muchas personas y complica su manejo", dijo hoy una portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que ha salido a respaldar una alerta lanzada por una red global de expertos en el clima y en la salud. Medidas que eran usuales para aplacar los efectos de temperaturas muy altas durante el verano, particularmente en personas de edad avanzada, no podrán aplicarse en los próximos meses en Europa debido a que contradicen algunas medidas de prevención del COVID.

 

La gente ya no podrá tan fácilmente y con confianza dejar sus domicilios para ir a pasar las hora más calientes del día en lugares refrescados por sistemas de aire acondicionado, como centros comerciales u otros espacios públicos. Asimismo, las visitas usuales para verificar la situación de las personas mayores o la posibilidad de recibir atención de emergencia ante un golpe de calor serán más complicadas y en ciertos lugares imposibles porque chocarán con las regulaciones anti-COVID.

 

"Las olas de calor son cada vez más intensas y frecuentes debido al cambio climático y esto aumenta la presión en las personas y en los sistemas de salud", recalcó al comentar esta situación desde Ginebra la portavoz de la OMM, Clare Nullis.

 

Según los datos completos que se tienen de 2018, las personas vulnerables mayores de 65 años estuvieron expuestas 220 millones de veces más a olas de calor ese año, con respecto a la media registrada entre 1986 y 2005. El año pasado, Europa experimentó dos olas de calor significativas: la primera en junio y la segunda a finales de julio. En Francia, por ejemplo, se registró un récord de temperatura de 46 grados centígrados el 28 de junio, mientras que la ola de calor del mes siguiente impactó toda la región del suroeste y de centro de Europa.

 

Las temperaturas extremas del verano de 2019 fueron motivo de 20.000 consultas y de 5.700 visitas médicas a domicilio en ese país. Holanda tiene estadísticas que indican que ambos eventos climáticos extremos tuvieron relación con la muerte de 2.964 personas. "Nuestro mensaje es que debemos estar preparados porque el COVID complicará todo", alertó Nullis. Según las mediciones realizadas en lo que va del año, 2020 ya puede considerarse como uno de los años más calientes desde que existen registros.

Las olas de calor serán más peligrosas este verano por las medidas anti-COVID