sábado. 12.10.2024

Los refugiados que llegaron a Portugal durante la II Guerra Mundial contarán a partir del próximo mes de mayo con un museo en la ciudad lusa de Vilar Formoso, limítrofe con Salamanca, que se llamará "Frontera de la Paz". Se trata de un proyecto que recuperará la memoria de los miles de refugiados que durante la contienda fueron acogidos en territorio luso.

 

El Museo también rendirá un homenaje de forma muy especial al que durante la II Guerra Mundial era el cónsul portugués en Burdeos (Francia), Arístides Sousa Mendes, quien logró extender más de 30.000 visados para personas de Francia, Austria o Luxemburgo, entre otros países, con el fin de darles asilo en Portugal.

 

Según avanzó hoy a Efe el alcalde de Almeida (comarca limítrofe con España y donde se ubica Vilar Formoso), Antonio Batista, el museo, a menos de 400 metros de la frontera, cuenta con una financiación, tanto para el contenido como para las obras del edificio, de 800.000 euros. Un equipo de investigación, dirigido por la historiadora Margarida de Magalhães Ramalho, ha trabajado en la compilación documental durante varios años y ha dividido el contenido del museo en seis estancias: "La gente como nosotros", "Inicio de las pesadillas", "El Viaje", "Vilar Formoso, frontera de la paz", "Sobre la tierra de Portugal" y "La partida".

 

Los visitantes, una vez que sea inaugurado la próxima primavera, podrán descubrir la capacidad acogedora de la sociedad portuguesa y un sinfín de historias humanas sobre los miles de refugiados que fueron auxiliados en la II Guerra Mundial. Arístides Sousa Mendes y su labor humanitaria también quedarán inmortalizados en este museo, ya que está considerado como el "Schindler portugués" que "salvó" a 34.000 personas del nazismo concediéndoles visados para huir de Francia. Todos ellos ingresaban en Portugal a través de la conocida "Frontera de la Paz" de Vilar Formoso y Fuentes de Oñoro.

 

De forma simbólica, en esta localidad lusa se exhibe para los turistas, incluso con visitas guiadas que se organizan desde el puesto turístico de la aduana, la afamada locomotora "BA-101", que unía por ferrocarril Portugal, Francia y España desde que fuera adquirida por el Gobierno luso en 1931, ya que lograba circular a 100 kilómetros por hora. Para afianzar las visitas al museo, los técnicos de turismo de la oficina situada en la aduana de Vilar Formoso y que a diario atiende a los visitantes que llegan a Portugal, se encargarán de gestionarlas.

 

El alcalde de Almeida lleva años trabajando para que la UNESCO declare los territorios rayanos con el marchamo de "Frontera de la Paz", para poner así en valor su patrimonio basado en las fortalezas fortificadas de La Raya hispanolusa. El objetivo es que, en un primer momento, se declaren Patrimonio de la Humanidad las ciudades lusas de Almeida, Marvao, Valença do Minho y Elvas, para luego sumarse otras localidades de España y Portugal. Algunas, como Ciudad Rodrigo y Aldea del Obispo, ambas en Salamanca, ya han expresado su deseo de adherirse a esa candidatura abierta de Patrimonio de la Humanidad.

Los refugiados de la II Guerra Mundial tendrán un museo en La Raya portuguesa