jueves. 28.03.2024

Separar a un artista de su "personaje" puede ser revelador. Detrás de Maruja Mallo, icono vanguardista, hay una mujer estudiosa y reflexiva, una gallega "pintora diez" a la que la galería Guillermo de Osma quiere "reivindicar" a través de sus bocetos y dibujos en una muestra que se inaugura el próximo jueves. Con estas palabras explica a Efe Guillermo de Osma el modo en que su galería se ha propuesto "revisitar la figura de Maruja", una pintora que, apunta, también era "perfeccionista e investigadora" y que, en la privacidad de su estudio, trabajaba con "un rigor impresionante".

 

Por ese motivo, su producción fue más limitada que la de otros surrealistas, quienes, si bien tenían un imaginario interesante, no contaron con el bagaje teórico ni técnico para crear un universo plástico como el plasmó Mallo (Viveiro, Lugo, 1902-Madrid, 1995). Dentro de ese colorido mundo, según De Osma, "hay dos vertientes: la imagen y lo que permite que la imagen se pueda hacer con la calidad diez".

 

Porque Maruja es una pintora diez", recalca. En la exposición que tanto el fundador de la galería como Juan Pérez de Ayala presentan esta semana -"Maruja Mallo. Creación y Orden"- el hilo conductor será ese "trabajo entre bambalinas", a diferencia de otras muestras que se han abierto en España sobre la artista, incluidas las que esa misma galería preparó en 1992 y en 2002. El recorrido pictórico que proponen ahora está planteado de un modo muy diferente, ya que, desvela, se centra en una mirada "más académica" que tiene como fin "reivindicar la Maruja pintora".

 

"Tenía tanta personalidad que es un caso en los que está bien separar el personaje del artista", añade. Resulta revelador hacerlo porque, detrás de esa joven que entusiasmó al padre del surrealismo, André Bretón, y que fue amiga de otros intelectuales como Pablo Neruda, María Zambrano, Miguel Hernández, Salvador Dalí, Federico García Lorca o Rafael Alberti -con quien mantuvo una relación amorosa- hay una faceta menos conocida. "Ella pintaba dos o tres cuadros al año porque preparaba mucho sus obras y eso es lo que se podrá descubrir a través de sus bocetos y dibujos", señala De Osma.

 

Para ser más precisos, el viaje al que invitan incluye casi una veintena de bocetos inéditos que guardaba la propia artista y que han sido restaurados para la muestra. Junto a esos trabajos de preparación se exhibirá también una serie de dibujos que no habían sido expuestos hasta el momento. En ambos casos, procedentes de los fondos de la galería, de préstamos de coleccionistas particulares y del propio Archivo documental de Mallo. No podían quedarse fuera de la exhibición, dice su impulsor, obras tan emblemáticas como "Mensaje del mar", "Estampa cinemática", "Racimo de uvas" o "Escaparate", que también podrán ser contempladas hasta el cierre (10 de noviembre).

 

Y es que, tan importante es no obviar la minuciosa labor de preparación de la gallega como poner en alza la trayectoria profesional de una mujer rompedora, vivaz y luchadora, la "sinsombrero" a la que Ramón Gómez de la Serna apodó como "la bruja buena". Esa misma que pintó en 1926 "La sorpresa del trigo" -la obra con la que se sumergió de lleno en el campo del surrealismo- y que no dudó en explorar otros lenguajes. Así, en 1937 vería la luz "Arquitectura humana", un cuadro al que incorporó elementos geométricos. Y pocos años más tarde nacieron obras como "Estudio para cabeza de mujer", que reflejan su interés por la América indígena.

 

Para repasar ese sendero, también lanzará la galería Guillermo de Osma un catálogo de 80 páginas en el que, como complemento, se reproducen varios fragmentos de los cuadernos inéditos de Mallo que se encuentran en el archivo y en los que la artista indaga sobre cuestiones referidas a la filosofía, sus recuerdos, o el arte.

 

Del mismo modo, quedarán recogidas algunas cartas privadas de Mallo que nunca se habían publicado, como las que envió al escultor Jorge de Oteiza, a quien conoció en Argentina. "Ahí sí que está ella en vivo y en directo", subraya De Osma, que admira de forma manifiesta las dos caras de una misma artista que, a su parecer, necesita ser puesta en valor también fuera de España por ser "de la categoría" de Frida Kahlo o Georgia O'Keeffe.

Maruja Mallo, la "pintora diez" vuelve a Madrid