viernes. 29.03.2024

A las puertas de una tercera ola de la pandemia de covid y con el horizonte cada vez más cercano de una vacuna, la celebración de las Navidades supone un reto para las familias, que se debaten entre reunirse con sus seres queridos y el miedo al contagio. La precaución y el sentido común son la clave. El mensaje principal está claro: las cenas y las comidas familiares, solo con el grupo de convivencia.

 

Es lo único que a día de hoy garantiza el control de la epidemia y permite evitar nuevos contagios. Sin embargo, en la mayoría de las comunidades las autoridades sanitarias permitirán viajar para celebrar estas fiestas y en algunas regiones se podrán reunir hasta 10 personas de distintos grupos de convivencia. Así pues, nada nos impedirá reunirnos con abuelos y amigos para celebrar Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. Si lo hacemos, debemos ser responsables y adoptar todas las medidas de protección que han demostrado ser eficaces.

 

LO IDEAL: CELEBRAR SOLO CON LA UNIDAD FAMILIAR

Si valoramos reuniros con personas distintas a aquellas con las que convivimos diariamente, es importante que sean las menos posibles y no mezclar varios grupos burbuja. Si hay que seleccionar, algo a tener en cuenta son las personas mayores que han vivido solas durante todos estos meses y para las que el contacto familiar es ahora una verdadera necesidad. Seguramente se pueda prescindir en esta ocasión de familiares más lejanos, que tengan la posibilidad de no pasar solos estas fiestas, o a los que vemos con mayor frecuencia, y priorizar a aquellos que más nos necesitan.

 

DISTANCIA, MASCARILLA Y VENTILACIÓN

Durante las comidas y cenas navideñas no será posible llevar puesta la mascarilla de forma continua, pero tampoco es conveniente quitarla antes de comer y no volver a colocársela hasta que nos levantemos de la mesa.

 

Hay muchos momentos durante estas reuniones sentados alrededor de una mesa que se dedican a hablar y no a comer. Además, deberíamos procurar que la estancia fuera lo suficientemente amplia como para que se pueda guardar una mínima distancia entre comensales y organizar la mesa por grupos de convivencia en lugar de intercalar personas de distintas burbujas. Si es posible, debería haber una ventilación constante de la habitación y, si las bajas temperaturas no lo permiten, al menos abrir las ventanas unas cuantas veces a lo largo de la comida.

 

RACIONES INDIVIDUALES Y MÍNIMO CONTACTO

A la hora de preparar la mesa, la higiene es más necesaria que nunca. Además de lavarse las manos a conciencia, es conveniente que quien cocine y prepare la mesa lleve puesta la mascarilla durante todo el proceso. Evitar compartir los platos de los entrantes y aperitivos y preparar raciones individuales o, al menos, por grupos de convivientes. Procurar que sea siempre la misma persona la que sirva el agua o el vino y, de no ser así, hacer uso del gel hidroalcohólico antes y después de tocar la botella o cualquier otro objeto que se pueda compartir.

 

SIN CANTAR NI DISCUTIR

Otra cosa a la que habrá que acostumbrarse en estas Navidades será a no cantar y procurar no elevar demasiado la voz, puesto que esto favorece la difusión del virus, así que las discusiones a gritos deberán esperar a las próximas fiestas.

 

¿CÓMO PUEDO PROTEGER A LOS MÍOS?

Una buena idea sería realizar un autoconfinamiento unos diez días antes de la celebración familiar, para minimizar el riesgo de exposición al virus. Muchas personas optarán también por realizarse test diagnósticos, aunque de estos el más fiable es la PCR, y si el resultado es negativo simplemente muestra la foto fija de un momento concreto, pero no es una garantía absoluta de que no se esté incubando la enfermedad, por ejemplo. En cualquier caso, ante la aparición de cualquier síntoma compatible con la covid-19 lo más prudente es no acudir a la celebración y quedarse en casa.

Navidades 2020: Manual de uso