sábado. 20.04.2024

Las "viudas de vivos" de las que escribió Rosalía de Castro y la soledad a la que se enfrentaron esperando la vuelta de sus maridos emigrados son homenajeadas por la escritora Inma Chacón en su última novela, "Tierra sin hombres", un retrato de la Galicia rural de finales de siglo XIX y principios del XX.

 

Editada por Planeta, la novela de Inma Chacón (Zafra, Badajoz, 1954) habla también de esos hombres que tuvieron que irse de sus aldeas obligados por las penurias económicas, a su desarraigo y a su añoranza, señala la autora en una entrevista con Efe, en la que recuerda estos sentimientos que ella misma sintió cuando su familia fue a vivir a Madrid. "Toda mi vida he sentido el deseo de volver a mi tierra. Cuando has tenido que salir por obligación, no por deseo, sientes mucha nostalgia", ha señalado esta autora, que fue finalista del Premio Planeta en 2011.

 

Los sentimientos que traslada su novela son "atemporales y universales", explica la autora, en referencia a los refugiados y a los jóvenes que deben emigrar por falta de trabajo en la actualidad. Por eso, indica que ha escrito una novela "basada en la soledad", en la que Rosalía, una de las "viudas de vivos" y madre de Elisa y Sabela, tiene que sacar adelante sus hijas en una aldea en la que se la critica desde siempre por la ayuda que le presta su cuñado, que vive en la casa familiar.

 

Intentando evitar que sus hijas sean también víctimas "del qué dirán", la madre ha planeado casar a Elisa, su hija mayor, con un hombre con futuro, Eloy, el hijo del pescadero del pueblo, al que ella no quiere, mientras que Sabela, que está enamorada del joven, quedará al cuidado de la granja. Los planes de la madre se truncan y las vidas de las hermanas se separan sin saber que sus destinos serán moldeados "como un muñeco de cera" y dirigidos siempre frente al miedo a los rumores y a las críticas de la gente de la aldea, donde priman las costumbres y las supersticiones, los rumores y las mentiras.

 

La escritora habla de la convivencia en una aldea pequeña "donde todo se sabe: todos saben todo de todos y lo que no se sabe se inventa, porque los rumores forman parte de la vida cotidiana y la condicionan". Rumores y supersticiones que tendrán que evitar las protagonistas de la novela y a las que se sumará "la voz del párroco" de la aldea, "que se permite la libertad de aconsejar a las mujeres sobre todos los aspectos de la vida", indica Chacón.

 

"Mientras que las viudas de muerto tenían derechos sobre las propiedades, las de vivos, a no ser que el marido hubiera dejado algún poder antes de emigrar, estaban atadas de pies y manos", señala Chacón. La autora reconoce la influencia que "Los gozos y las sombras" de Gonzalo Torrente Ballester ha tenido en su novela, un autor que admira desde hace muchos años y del que destaca "cómo traslada la humedad del ambiente y del paisaje gallego" a las letras.

 

Este paisaje, explica, es también protagonista de la novela: la niebla, la lluvia, los bosques y los acantilados que condicionan la vida de los personajes, especialmente el mar que, además de ser el sustento de la aldea, se erige "como un muro, una frontera insalvable" que separa a las mujeres de sus hombres emigrantes. Porque sus protagonistas masculinos están también marcados por el destino, hombres que se marchaban a "hacer las Américas y no se sabía nunca si iban a volver". Inma Chacón ha publicado también varias obras de teatro, entre ellas "Las Cervantas", junto a José Ramón Fernández, un encargo de la Biblioteca Nacional de España que se ha representado este verano en varios festivales de teatro clásico.

"Tierra sin hombres", el homenaje de Inma Chacón a las "viudas de vivos"