jueves. 28.03.2024

El otrora portavoz de Podemos en Lugo, Carlos Castro, un hombre que ha sido expulsado de las comisiones de trabajo en las que participaba, según la versión oficial por "actitudes contrarias a los principios éticos y democráticos", señala que si algo se considera es "democrático".

 

Es por ello que no sabe a qué comportamientos suyos aluden los que eran sus compañeros para hacer esta acusación u otra más en la que le achacan ambiciones personalistas, porque un "fascista" no es y sí un ser "profundamente democrático". Este es el único modo de proceder que defiende, tanto en la izquierda como en la derecha, y así lo expone en una entrevista concedida a Efe en la que reivindica esta condición: "Considero que lo primero que hay que hacer para estar en cualquier formación de izquierdas es ser democrático.

 

Y para estar en una formación de derechas no sé hasta qué punto, pero los que conozco son democráticos". Añade Castro, un albañil actualmente en paro y padre de cuatro hijos, que, como parece razonable, "no todo el mundo es malo, ni en la derecha ni en la izquierda".

 

Si ese calificativo de actitudes contrarias a los principios democráticos, se debe en su caso a su capacidad de autocrítica, esto lo ve "penoso" a todas luces, y recuerda que alguna vez que hizo apreciaciones en asambleas le dijeron que estaba faltando al respeto, pero a él, no así a otros miembros que hacían esto mismo, por lo que vislumbra un agravio comparativo. Carlos Castro quiere defender su integridad moral al sentirse "víctima de calumnias e injurias dichas por el círculo de Podemos Lugo, donde me acusaron, juzgaron y condenaron".

 

"Me acusan de ser agresivo y desafiante, de ocultar información, de antidemocrático, de ansias de poder...", lamenta, y señala que su expulsión de Podemos Lugo no atendió al código ético aprobado en la gran asamblea de Podemos, al incumplirse el artículo 62, puesto que tal medida se decidió "a puerta cerrada". Todo lo que está viviendo no ha provocado su pérdida de fe en el fenómeno Podemos, un proyecto "muy bonito" que hace que el pueblo tenga voz y voto. "Creo en la idea de Podemos pero no creo en el actual Podemos Lugo", remarca, y apunta que ha recibido comunicaciones de otros círculos interesándose por su estado, así como un gran número de apoyos.

 

Rechaza de plano Carlos Castro que entre sus objetivos estuviese alcanzar un puesto de poder, porque lo que le gusta realmente es el trabajo interno y pelear por los derechos de los trabajadores, así como luchar por toda causa en la que crea y poner todo su empeño en ello. Pero no la "carguitis", ya que "los cargos políticos no van conmigo. No me interesan alcaldías, concejalías ni cargos" en general.

 

Pese a que el cese en sus funciones, explicado en un duro comunicado remitido a la prensa, no le impida hoy en día asistir a las reuniones, no acude a las mismas, y no lo hace tras "acusarme de cosas muy serias", las cuales ha llevado a la Justicia. Denuncia Castro la intromisión en su honor, que ve vejado; apela a su derecho a la libertad de expresión y rechaza, como indicaron algunas fuentes a Efe, que estuviese afiliado a Fuerza Nueva.

Carlos Castro, expulsado por Podemos Lugo: "Me considero democrático"