jueves. 28.03.2024

El alcalde de A Pontenova, el socialista Darío Campos, ya es el nuevo presidente de la Diputación Provincial de Lugo, tras prosperar la moción de censura planteada por el PSdeG y el BNG contra su antecesora en el cargo, la popular Elena Candia, gracias a 13 votos a favor frente a los 12 que suman los diputados del Partido Popular.

 

En esta ocasión no hubo sorpresas y, en un salón de sesiones abarrotado por el público, el alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, quien con su voto particular favoreció el pasado 24 de junio que el Partido Popular se hiciese con el poder, siguió el guión establecido y votó a favor de la moción de censura que previamente había firmado, junto a sus compañeros del grupo provincial del PSdeG.

 

En el pleno se vivieron momentos de tensión y el alcalde de Guntín, Jesús Carreira, que presidía la mesa de edad, tuvo que pedir silencio varias veces, dado que los partidarios y detractores de la moción de censura increparon en repetidas ocasiones a los políticos que estaban en ese momento en el uso de la palabra.

 

Durante su intervención como aspirante a presidir la Diputación, Darío Campos reconoció que el pasado 24 de junio "sucedió lo que nunca debería haber sucedido", porque se negó "la decisión mayoritaria de los lucenses" y se dejó "caer en manos del Partido Popular el gobierno de la Diputación de Lugo". Por ello, pidió "disculpas públicas a los lucenses", al considerar que es un acto de "justicia y de dignidad hacerlo".

 

"Erramos, y durante tres meses, con el Partido Popular en el gobierno de la Diputación de Lugo, los ciudadanos no sólo no tuvieron las políticas de futuro que mayoritariamente reclamaron" en las urnas, sino que sufrieron acciones "destructivas, caciquiles y basadas" en la premisa de que "la Xunta de Galicia invita y la Diputación de Lugo, con dinero de todos los vecinos de la provincia, paga".

 

"A través de esta moción, queremos recuperar la normalidad democrática y reconciliarnos con los intereses de los ciudadanos, restableciendo para ello un gobierno de progreso en la Diputación, que continúe con los proyectos de futuro que en los últimos ocho años fuimos capaces de poner en marcha el PSdeG y el BNG en esta provincia", porque "no hay nada más justo y democrático que hacerlo", zanjó. Por su parte, la presidenta saliente, Elena Candia, quiso recordar que lo que hizo el Partido Popular el día 24 de junio fue cumplir "con la encomienda" que le hicieron los vecinos de la provincia "como la fuerza política más votada" en las elecciones municipales.

 

"Nuestra máxima fue la de cumplir con esa voluntad", añadió, siempre "con un trabajo riguroso, serio y comprometido", con la preocupación de que la "institución tuviese vida", aunque "no fue una tarea fácil", dado que los populares se encontraron "con errores de gestión y malas prácticas" por parte de sus antecesores.

 

Candia también dijo que durante los últimos tres meses ha sido tratada por los grupos de la oposición más como "enemiga" que como rival política, por lo que se ha sentido víctima de una campaña de acoso y derribo. En todo caso, a pesar de haber perdido el poder en la institución provincial, aseguró que el PP mantendrá "su compromiso" con Lugo, consciente de que "sale reforzado el único partido que es capaz de garantizar la transparencia y el buen hacer en la institución provincial".

 

También se comprometió a poner todo su "empeño" para que "no vuelvan a producirse" en la institución las "políticas de discriminación" que afectaron a los municipios de la provincia gobernados por el PP. Políticas, añadió, "disfrazadas de falso progresismo". Por su parte, el portavoz nacionalista, Antonio Veiga, lamentó que con el Partido Popular hubiesen regresado a la institución provincial "las cavernas del caciquismo", con unas políticas que convirtieron a la Diputación de Lugo en una organismo al servicio de la Xunta de Galicia. Dijo que esas son las políticas que "censura" el BNG, quien también se muestra satisfecho de que regrese a la Diputación el gobierno "progresista y nacionalista" que "una mayoría social" demanda en la provincia.

 

También recordó que el nuevo gobierno bipartito asumirá sus funciones dentro del acuerdo marco alcanzado por el PSdeG y el BNG, que ya está aplicando en las diputaciones de A Coruña y Pontevedra. El portavoz del Partido Popular, Carlos Armesto, criticó que nacionalistas y socialistas hiciesen una moción de censura "a la brava", porque se limitaron a hacer "un quítate tú, para ponerme yo", acuciados por la impaciencia de quien tiene "que darle de comer a mucho estómago agradecido" y pagar "muchos favores".

 

También dirigió sus dardos contra Manuel Martínez, que volvió a indicar que no haría declaraciones hasta después del pleno de organización, y le preguntó por los "acuerdos oscuros" e "indecentes" a los que llegó con su partido. Le preguntó "dónde está su dignidad", porque dijo "o soy presidente o nada, y ni es presidente, ni es vicepresidente y delegado de Obras veremos por cuanto tiempo", dado que "una vez que ha dejado de ser útil", acabará "apartado y arrinconado", como ya le hizo su propio partido al secretario provincial, Juan Carlos González Santín, o al exalcalde de Lugo, José López Orozco.

 

Añadió que "no hacía falta tanto ruido para caer tan bajo". Después de la votación, que se realizó en urna, Darío Campos tomó posesión como nuevo presidente de la Diputación de Lugo con "humildad, honradez y con ganas de trabajar y de hacer política", para resolver "los problemas de todos y cada uno de los más de 350.000 lucenses". Para ello, indicó, "es necesaria la unión de todas las fuerzas políticas con representación en la institución", por lo que tendió la mano al Partido Popular. Asimismo, aprovechó para hacer "un llamamiento a la unidad", porque no se puede "mirar hacia atrás, sino hacia delante".

Darío Campos es el nuevo presidente de la Diputación al prosperar la censura