Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como Papa Francisco, falleció a las 7:35 de esta mañana en su residencia de Santa Marta, en el Vaticano. El cardenal Kevin Farrell fue el encargado de dar la noticia con un comunicado lleno de emoción: "Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia".
El Papa argentino pasaba sus últimos días en reposo, tras ser hospitalizado varias veces por complicaciones respiratorias. Aunque había mostrado algunas señales de mejora, su estado de salud seguía siendo frágil. A pesar de ello, nunca dejó de sorprender con apariciones espontáneas que conmovieron a los fieles.
En sus últimas semanas, Francisco demostró la misma entereza que lo caracterizó durante su pontificado. Rezó en una capilla del hospital Gemelli, apareció recibiendo oxígeno, y volvió brevemente a la Plaza de San Pedro para pronunciar un simple pero poderoso mensaje: "Feliz Pascua". Su última imagen pública, junto al vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, mostró a un Papa sereno, en silla de ruedas pero sin cánulas, aún aferrado a su deber espiritual.
Un legado de humildad y compromiso
El Papa Francisco será recordado por haber acercado la Iglesia a los más vulnerables, por hablar con claridad sobre los desafíos sociales, por su cercanía con la gente y su capacidad para conmover incluso fuera del ámbito religioso.
"Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal", recordó el cardenal Farrell. "Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Trino".
La Iglesia Católica entra ahora en un nuevo tiempo de reflexión y transición, mientras millones de personas en todo el mundo recuerdan la figura de un Pontífice que nunca perdió la esencia de lo humano.