Portugal recibe hoy a un equipo militar de 26 soldados sanitarios enviado por el Gobierno de Alemania para reforzar la atención en los cuidados intensivos de los hospitales, desbordados por la pandemia. El contingente incluye seis médicos y dotaciones sanitarias como 50 respiradores, 150 bombas de extracción y 150 camas.
Aunque los expertos comienzan a apuntar que el pico de contagios se habría alcanzado en los últimos días y que se espera una caída progresiva de la expansión del virus, subrayan también la necesidad de aumentar la capacidad de las áreas de cuidados intensivos en los hospitales. Según el presidente de especialistas de medicina intensiva del Colegio de Médicos, José Artur Paiva, el número de camas de cuidados intensivos debe pasar de las 1.320 actuales a las 1.500 para evitar el colapso. Hoy también comienza la segunda fase de la vacunación, que alcanza a los centros de salud, donde recibirán la dosis las personas mayores de 80 años y de 50 con patologías severas.
En la lista prioritaria de esta fase, las autoridades sanitarias incluyeron a políticos, alcaldes y altos cargos, una polémica decisión que empaña un proceso que suma ya cientos de denuncias por aplicación indebida de las vacunas. Portugal notificó el martes 5.540 nuevos contagios, la cifra más baja en casi un mes, y 260 muertos, el mínimo de los últimos ocho días. Según la Dirección General de Salud (DGS), desde que comenzó la pandemia, Portugal suma 731.861 positivos, de los que casi 167.000 están activos, y 13.017 decesos. Portugal está confinado, con la frontera terrestre blindada y todos los centros docentes cerrados.
