El acusado de supuestos malos tratos a un bebé de la que tiempo ha era su pareja sentimental ha negado esta mañana que hubiera golpeado al bebé en algún momento o haberle provocado hematomas y ha insistido en que "nunca le puse la mano encima", asegurando que únicamente intentó reanimarlo horas antes de su ingreso hospitalario al ver que "se me iba".
"Nunca le he pegado ni le he puesto la mano encima, el niño jugaba conmigo y con mi hija", ha aseverado el acusado, a preguntas de la fiscalía durante el primero de los dos días que tiene reservada la Audiencia Provincial para la celebración de este juicio. Los hechos se circunscriben a los meses de febrero y el 20 marzo del 2014, fecha en la que el menor ingresó en la UCI Pediátrica del Complejo Hospitalario de Ourense en estado grave, donde le detectaron lesiones muy graves, que, según el fiscal, le hubieran podido causar la muerte, lo que activó el protocolo de maltrato infantil. Actualmente, la tutela del menor la ejerce la Xunta de Galicia.
En su declaración, el acusado -que tiene una hija y que mantuvo una relación sentimental con la madre del bebé, Alba.P.G., a la que conoció por internet- ha declarado que no encuentra "ninguna explicación" de las numerosas lesiones y fracturas halladas en el cuerpo del bebé localizadas por los médicos el día que ingresó. Además, ha aclarado que no le llevó al hospital hasta casi hora y media después porque "no supe reaccionar". Durante ese tiempo, ha sostenido que le efectuó maniobras de reanimación y después fue a buscar a la madre para ir al hospital. En esas fechas, el hombre se encargaba del cuidado del niño ya que la madre acudía a un curso y algunos días lo llevaba con la abuela de ella (el abuelo no vivía allí tras supuestos abusos a la hija de él).
En ese tiempo, ha asegurado que nunca "detectó nada", a excepción de algún moratón y ha añadido que lo único que tenía el bebé era un "catarro muy fuerte", motivo por el cual le llevaron al médico. La mañana de los hechos, el 20 de marzo de 2014, el acusado ha explicado que le encontró en la cuna "boca abajo" y vio que le "costaba mucho respirar" por lo que le dio la vuelta "para levantarlo".
Al ver que "le faltaba oxígeno" y que no reaccionaba, inició las maniobras de reanimación. Posteriormente, siempre según su versión, llamó a la madre y fue a recogerla y llevaron al bebé al hospital. A preguntas de la fiscalía de por qué no le llevó directamente al CHUO -vivía cerca del centro hospitalario-, se ha limitado a decir que reaccionó así, "bien o mal", debido a su estado "de nervios y de inquietud" negando que dicha demora se debiese a un propósito de ponerse de acuerdo con la madre respecto a lo que iban a decir en el hospital.
La acusación ha centrado su interrogatorio en cómo en un intervalo de una hora, la madre salió la sobre las 7:50, el bebé podía estar casi "semi-inconsciente". La madre del menor, acusada de delitos "por omisión", ha declarado que cuando se fue el bebé dormía y "estaba normal", y ha negado que hubiese visto al acusado golpeando a su hijo aunque ha reconocido que podía mostrar un carácter "violento" cuando perdía los nervios. "Yo no fui, tuvo que ser él", ha contestado la madre, quien ha afirmado que "nunca hubiese consentido que le hubiese hecho algo".
El fiscal, Carlos Valenzuela, pide penas que van desde los doce a catorce años de prisión para Alba P.C., y su exnovio, Víctor G.F. (34) por delitos de maltrato habitual, lesiones y asesinato en grado de tentativa para él y doce para ella por "permitir" estos hechos. Un médico del centro de salud que atendió al pequeño ha asegurado que no apreció lesiones. No obstante, una pediatra del CHUO que atendió al menor el día del ingreso ha relacionado las fracturas y lesiones que presentaba el bebé con "golpes asociados a sacudidas o golpes" fuertes que se corresponden con el "síndrome menor golpeado o sacudido".
En todo caso, ha descartado que las lesiones pudiesen deberse a maniobras para evitar una muerte súbita. "El ingreso está motivado por fractura y hemorragia craneal" ocurridas "en principio" horas antes, considerando improbable que se hubiesen podido producir por maniobras torácicas. Varios testigos han coincidido en que nunca vieron malos tratos y tanto un médico como una trabajadora social que atendieron a la madre han asegurado que ella parecía "angustiada" y "preocupada" por lo ocurrido y la custodia. Ambos se enfrentan a penas de 14 años y 10 meses -en el caso de él-, y 12 años y 8 meses para ella.
Las defensas solicitan, por su parte, la libre absolución, al entender que "no hay base" de la comisión de dichos delitos. "No hay ninguna prueba de que los hubiese realizado sino que -ella-tuviese conocimiento" sumado a la "total falta de prueba", ha comentado antes de comenzar el juicio la defensa de la madre. Como consecuencia de estos hechos, el menor sufrió lesiones que necesitaron para su curación tratamiento quirúrgico requiriendo quince días de hospitalización. Estuvo incapacitado 60 días con carácter no impeditivo no quedándole secuelas. Además, la acusación ve agravantes de alevosía y parentesco y pide que los acusados indemnicen al menor con 18.000 euros en concepto de daños físicos y morales a lo que hay que sumar, en caso de condena, el pago al Sergas del 24.744 euros. La Fiscalía también solicita órdenes de alejamiento.