viernes. 19.04.2024

Una semana después del grave suceso registrado en O Carballiño, la Policía Local aún trata de encontrar respuestas a la terrible agresión en la que un chico de 13 años atacó a una amiga suya, de 14, que lucha por su vida, algo que relató con una "frialdad" tal que ha conmocionado a esta comisaría.

El macabro incidente se registró el jueves pasado sobre las 19:40 horas de la tarde cuando los servicios de emergencia del 112 Galicia recibieron varias llamadas que alertaban de que una adolescente se encontraba grave, tras precipitarse -por causas que se están investigando- de un segundo piso en la calle Astureses de la localidad gallega.

Entre las llamadas recibidas, está la de un joven que decía que “acababa de matar a su amiga", comunicación que encendió todas las alarmas y provocó inquietud, y que obligó a movilizar a los cuerpos y fuerzas de seguridad, así como a los servicios sanitarios.

Pasados siete días, el jefe de la Policía local, Francisco Valeiras, ha desgranado en una conversación con Efe los pormenores de esa actuación, en la que se vieron implicados estos dos jóvenes. La menor, la víctima, se encuentra en estado crítico y se debate entre la vida y la muerte.

La actuación policial, ha recordado Valeiras, arrancó cuando el 112 "nos comunica que una persona había caído desde un edificio”. Desde ese momento, la labor que realiza la Policía Local resulta determinante a la hora de esclarecer lo ocurrido.

Una vez allí, los agentes confirmaron que lo sucedido no era una mera caída. Nada más llegar, se encontraron “en la calle a una niña que tenía un golpe fortísimo en la cabeza, que sangraba abundantemente, y que estaba tirada en el suelo boca abajo”.

Además, convulsionaba y su grado de consciencia era mínimo.

Al comprobar desde donde se había caído, localizaron restos de “sangre” en la barandilla del segundo piso.

Con la ayuda de una agente que se encontraba fuera de servicio, subieron al piso donde supuestamente se produjo el suceso y hallaron “la puerta entreabierta”.

Según consta en los informes, dentro estaba “un menor que presentaba una herida leve en el pecho de arma blanca” y que tenía la “camiseta ensangrentada”. Y también estaban dos herramientas, en concreto una “pata de cabra y un cuchillo”, con las que presuntamente la agredió.

Cuando le interrogaron, los agentes se quedaron impresionados por la tranquilidad que transmitía tras lo que acababa de suceder y de ver.

El menor -según explica el jefe de policía- confesó "con toda la frialdad del mundo que había agredido a una amiga porque quería saber lo que se siente al hacer eso”, testimonio que recogen en el informe policial.

Para el jefe de policía, esta primera declaración, aunque verbal, tiene “un valor muy grande”, por su proximidad con el momento de los hechos.

Sin embargo, no es este el único detalle que llamó la atención de la Policía. Valeiras ahonda en el motivo esgrimido para la agresión. O más bien en la ausencia de móvil.

“No expone ningún motivo" compatible con un estado mental alterado o un consumo, dice. "El único motivo -que les traslada - es saber qué se siente”, arguye.

Durante el registro, los agentes no tuvieron dificultad para encontrar las herramientas con las que se habría producido la agresión, una pata de cabra con la que la habría golpeado y un cuchillo.

"No sólo no escondió nada, sino que declaró que le había dado con la pata de cabra”, agrega, remitiéndose siempre al informe elaborado.

En estos momentos, la joven continúa ingresada en el hospital tras la fatídica agresión, en estado grave.

Él quedó pendiente de evaluación por parte de psiquiatras expertos del Hospital Clínico Universitario de Santiago para comprobar si padece algún trastorno de conducta.

La "frialdad" del menor que atacó a una amiga conmocionó a la Policía Local