El Ayuntamiento de Ourense contempla la elaboración de un fichero oficial a fin de registrar a los animales potencialmente peligrosos, y que según recoge la Ley, "son susceptibles de ocasionar la muerte o lesiones a personas y otros animales o producir daños materiales". La Junta de Gobierno Local (XGL) aprobó esta mañana este proyecto de ordenanza municipal de animales potencialmente peligrosos, que será trasladado a la comisión de pleno para su tramitación.
Se trata de una medida "obligatoria" recogida en la legislación vigente y que obliga a los Ayuntamientos a censar a todos los perros, a la que se añade un decreto del año 2002 que regula la situación de los animales potencialmente peligrosos, algo que según han criticado los populares "no se hizo hasta ahora" en el Ayuntamiento ourensano. Una vez que se apruebe la ordenanza, la concejalía de Sanidad será la encargada de registrar a los animales, con especial incidencia hacia aquellos que han tenido algún episodio de agresión o que son canes adiestrados para la defensa o que manifiestan una marcada agresividad.
En el listado de razas potencialmente peligrosas, se encuentran el American Staffor, Hire terrier, Pit bull, Doberman, el Dogo argentino, el Mastín napolitano, Presa canario y mallorquín, el Rottweiler, el Staffordshire bull terrier y Akita inu, entre otras. En el caso de los propietarios, la normativa establece que los dueños han de obtener una licencia municipal mediante instancia en registro.
Las sanciones, en caso de incidentes, pueden oscilar entre los 100 y los 500 euros en el caso de las sanciones leves y de los 300 a los 3.000 euros en el caso de las graves. En el segundo caso, éstas son impuestas por la Consellería de Medio Ambiente.
A este respecto, el portavoz de la asociación animalista Libera, Rubén Pérez, quien ha advertido de que todas las ciudades gallegas deberían contar con este registro "desde hace años", ha indicado a Efe que el principal problema radica en la "especial incidencia que se hace en determinadas razas" cuando en muchas ocasiones "el problema está en el dueño del perro". En este sentido, ha abogado por la necesidad de "trabajar en aspectos como la socialización" y con el dueño a fin de evitar posibles situaciones de riesgo.
