viernes. 19.04.2024

Culminada la temporada navideña, Ourense se vuelca de lleno con su ya iniciado Carnaval, el más ancestral de España, conocido por sus personajes con señas de identidad propia y los placeres paganos de mesa y mantel, como el cocido, el botillo, la lamprea, las orejas y las "filloas" con nata, chocolate o miel.

 

El pasado día 3 de enero, con el Año Nuevo estrenado, como manda la tradición, los Felos de Maceda, con un traje que simboliza la virilidad más exacerbada, han salido a la calle con sus chocas, y el 17 de este mes, coincidiendo con la romería de San Antón, hará su aparición por primera vez este año la máscara del Cigarrón en Verín.

 

Este disfraz, látigo en mano y con una sonrisa cínica, anunciará la proximidad de los festejos en honor a Don Carnal, que en Ourense combinan ingenuidad y humor y se prolongan más de un mes, dando pie a uno de los ciclos más largos del país y a un período en el que no vale regirse por normas civiles ni preceptos religiosos, porque las leyes son propias. Verín, Xinzo y Laza componen un triángulo mágico y el consejo es colocarse un antifaz con la indumentaria que cada uno elija para no enfrentarse a la posibilidad de ser zurrado con un látigo o de pagar la ronda en un bar.

 

Incluso semanas antes de las fechas oficiales, son cada vez más los vecinos de estas tres localidades que salen al exterior con la ayuda de campanas a modo de cinturón y de zamarras para anunciar la llegada del Entroido.

 

Las figuras centrales, las ruidosas e inquietas Pantallas, los cejudos Cigarrones y los de la pelica, los Peliqueiros, se visten, no se caricaturizan, y este tríptico no es el único que se deja ver por esta provincia, puesto que están los Boteiros (quienes botan) y los Danzantes, en Vilariño de Conso y Viana do Bolo; y las Mázcaras, con su tocado sobre la cabeza, en Manzaneda.

 

Aquellos que estén interesados en el aspecto etnográfico e histórico no han de olvidar una visita obligada al Museo del Entroido de Xinzo, que cuenta en la actualidad con una colección de más de medio millar de máscaras.

 

En el capítulo gastronómico, la bica blanca de Laza, un dulce hecho de harina, nata de leche de vaca, azúcar y clara de huevo; las orejas y la androlla son excelentes reclamos. No en vano, finalizado el tiempo de matanza, la 'cachucha', la 'androlla', el cocido, el cabrito, las orejas de Carnaval y la bica blanca componen un variado menú en los diferentes vértices de esta circunscripción.

 

Si en la época de Cuaresma se impone la renuncia al consumo de la carne, en las aldeas de la Galicia rural, el Carnaval representa los "excesos en la comida y en la bebida", subraya el escritor Federico Cocho en su libro 'O Carnaval en Galicia'.

 

Este periodo se caracteriza, por ende, por la liberación y ruptura del orden establecido. Por ello, en pleno período de abundancia, numerosas poblaciones aprovechan la ocasión para la exaltación de sus productos.

 

Para los amantes del cerdo, auténtico rey de estas fiestas, las localidades ourensanas de Allariz, Laza y O Carballiño celebran la 'Cachuchada', una cita volcada justamente en la cabeza del puerco.

 

El lacón con grelos, el caldo, o el cabrito y el cordero criados en las montañas de Ourense completan las opciones a lo largo y ancho de esta provincia del interior.

 

Uno de los productos característicos de estas fechas es la 'androlla', un preparado de carne embutido en una tripa gruesa de cerdo. Como complemento de todo ello, los licores y aguardientes gallegos de hierbas y de café, o el 'xastré', un licor casero elaborado a base de aguardiente, azúcar e hierbas silvestres cuya receta se mantiene en secreto. Son los brebajes más demandados de un Carnaval, que en Galicia es 'Entroido'.

Pasada la Navidad, Ourense se prepara para un Entroido con humor y buena mesa