5 de octubre de 2022, 18:08
Luciano Sobral (BNG), alcalde de Poio (Pontevedra) desde 1995 y uno de los regidores más longevos de Galicia, ha confirmado este miércoles que no se presentará a la reelección en las próximas elecciones municipales de 2023.
Sobral continuará como alcalde hasta el término del actual mandato porque, según ha explicado en rueda de prensa, "eso es lo único que le pedí al partido porque quería respetar el compromiso que adquirí con los vecinos de Poio".
Tras 27 años ininterrumpidos al frente del Ayuntamiento, el dirigente nacionalista entiende que "este es el mejor momento para mi relevo", que llegará de la mano de una de sus colaboradoras de confianza, la edil de Seguridad Ciudadana y Deportes, Marga Caldas.
"Es un orgullo que ella vaya a ser mi sustituta porque es una persona preparada y comprometida", ha señalado el todavía alcalde, que ha mostrado su convicción de que Caldas se convertirá el próximo mes de mayo "en la primera mujer que gobierna en Poio".
Preguntado sobre a que se dedicará cuando abandone la alcaldía, Sobral ha bromeado con que "desde ya puedo descansar y dormir bien", sabiendo que puede estar "tranquilo" de que tanto Poio como el BNG "va a quedar en buenas manos".
Asegura que espera cumplir una "gran ilusión" que tiene en la vida, la de alquilar una caravana y viajar con su mujer durante meses "por el mundo adelante", aunque lo más inmediato será "no tener que levantarme todos los días a las siete de la mañana".
El veterano regidor, a modo de consejo, le ha recomendado a su sucesora "que tenga cercanía con la gente y que vaya de cara ante los problemas".
Tras trece años de trabajo en el gobierno municipal, Marga Caldas ha afirmado que es "toda una responsabilidad" estar a la altura de su mentor, del que espera "coger su legado e impulsar un proyecto de futuro" para este municipio pontevedrés.
Que su programa electoral "parta de la gente" será uno de sus objetivos más inmediatos, para lo cual iniciará una ronda de contactos con los colectivos del municipio, empezando por los jóvenes, porque "es importante escuchar a todos de manera activa", ha afirmado.
Sobral continuará como alcalde hasta el término del actual mandato porque, según ha explicado en rueda de prensa, "eso es lo único que le pedí al partido porque quería respetar el compromiso que adquirí con los vecinos de Poio".
Tras 27 años ininterrumpidos al frente del Ayuntamiento, el dirigente nacionalista entiende que "este es el mejor momento para mi relevo", que llegará de la mano de una de sus colaboradoras de confianza, la edil de Seguridad Ciudadana y Deportes, Marga Caldas.
"Es un orgullo que ella vaya a ser mi sustituta porque es una persona preparada y comprometida", ha señalado el todavía alcalde, que ha mostrado su convicción de que Caldas se convertirá el próximo mes de mayo "en la primera mujer que gobierna en Poio".
Preguntado sobre a que se dedicará cuando abandone la alcaldía, Sobral ha bromeado con que "desde ya puedo descansar y dormir bien", sabiendo que puede estar "tranquilo" de que tanto Poio como el BNG "va a quedar en buenas manos".
Asegura que espera cumplir una "gran ilusión" que tiene en la vida, la de alquilar una caravana y viajar con su mujer durante meses "por el mundo adelante", aunque lo más inmediato será "no tener que levantarme todos los días a las siete de la mañana".
El veterano regidor, a modo de consejo, le ha recomendado a su sucesora "que tenga cercanía con la gente y que vaya de cara ante los problemas".
Tras trece años de trabajo en el gobierno municipal, Marga Caldas ha afirmado que es "toda una responsabilidad" estar a la altura de su mentor, del que espera "coger su legado e impulsar un proyecto de futuro" para este municipio pontevedrés.
Que su programa electoral "parta de la gente" será uno de sus objetivos más inmediatos, para lo cual iniciará una ronda de contactos con los colectivos del municipio, empezando por los jóvenes, porque "es importante escuchar a todos de manera activa", ha afirmado.