Rafael C.B., el hombre acusado de entrar a robar en una casa en Valga (Pontevedra), estrangular a su dueño y quemar su cadáver para ocultar pruebas, ha negado hoy ser el autor del crimen y ha asegurado desconocer quién lo cometió, si bien ha apuntado que "desconfía" de una tercera persona. En la vista oral celebrada hoy en la Audiencia de Pontevedra, el acusado ha reiterado que no mató a José Manuel Burés Otero, de 92 años, y ha explicado que el día en el que se cometió el crimen, el 28 de mayo de 2013, no se encontraba en dicha localidad pontevedresa.
El fiscal le acusa de acceder al domicilio de la víctima buscando dinero en metálico, pero al ser sorprendido por el anciano, él y una segunda persona que no pudo ser identificada le golpearon repetidamente en la cabeza y arrastraron su cuerpo a través del garaje hacia una capilla anexa a la vivienda, en donde lo estrangularon hasta matarlo. Posteriormente, el acusado regresó a la vivienda con una garrafa de gasolina y prendió fuego al cadáver para eliminar las huellas y los indicios del crimen, según el escrito de acusación. Por estos hechos, el fiscal solicita 18 años y cinco meses de prisión.
Sin embargo, Rafael C.B. explicó que sospecha que el autor del crimen es un hombre, llamado Juan, que había acudido a su casa para venderle cocaína y que, al ver la vivienda de su vecino, le sugirió que "podría ser un buen golpe" y que incluso, al día siguiente, le habría dicho que el anciano "no me volvería a molestar". Dicha persona, que declaró como testigo en la causa, ha contradicho esta versión y ha asegurado que él no participó en el asalto y que fue el acusado el que le propuso "dar de palos" a la víctima, y ha explicado que éste ya había robado en la casa del anciano en varias ocasiones.
Además de varios vecinos, también han declarado los agentes de la Guardia Civil que realizaron la investigación y que apuntaron a la autoría del acusado al haber encontrado "evidencias" similares en su casa a las halladas en el lugar del crimen, entre ellas unos guantes y unas zapatillas que coincidían con las pisadas localizadas. Además, los agentes descubrieron que el acusado estaba preparando un viaje a Brasil y que varios testigos advirtieron de la presencia de una bicicleta y un perro similar al suyo en las inmediaciones de la casa del anciano el mismo día del crimen.
