La Audiencia de Pontevedra ha juzgado hoy a un vecino de A Lama (Pontevedra) que está acusado de abusar sexualmente de una niña de 12 años a la que, según el relato de la víctima, besó y sometió a tocamientos en el baño de un bar de la localidad. La menor, que declaró protegida tras un biombo para no coincidir con el acusado, ha ratificado su denuncia y ha explicado que el hombre, conocido de su familia y al que solía ver casi a diario en el bar, situado al lado de la parada del autobús escolar, abusó de ella.
Explicó que se olvidó de bloquear la puerta del baño y, tras entrar en él, "empezó a darme besos en la boca" y a someterla a diversos tocamientos, llegando a pedirle que le acompañase a su casa el fin de semana porque "con él tenía mucho futuro". Tras ese episodio "me dio dinero y se marchó" y la niña ha señalado que "me quedé en el baño, cerré el pestillo y me puse a llorar", aunque no se lo contó a sus padres hasta tiempo después. El acusado, sin embargo, ha negado los abusos y ha asegurado que "nunca jamás en la vida" tocó a la menor ni se metió en el baño con ella, añadiendo que "no sé por qué me hacen esto".
Ha reconocido que suele dar dinero a los niños que conoce para que compren golosinas, pero ha reiterado que nunca ha tenido problema alguno "ni con esta niña ni con ninguna". Su testimonio fue corroborado por el propietario del bar y por otro vecino que aseguraron que, la tarde en la que se habrían cometido los hechos, el hombre no entró al baño "en ningún momento".
La madre de la niña, sin embargo, ha destacado que vio a su hija "realmente tocada", aunque al principio pensó que sería por algo relacionado con sus estudios. Cuando supo qué había ocurrido, ha añadido, la niña "temblaba y lloraba" aunque ha denunciado que se tuvieron que marchar del pueblo porque "la gente estaba en nuestra contra" y llegaron a echarla "a empujones" del bar en el que, según su hija, se produjeron los abusos. La Fiscalía solicita para el acusado cuatro años de prisión como presunto autor de un delito de abusos sexuales a una menor y que se le prohíba acercarse a menos de 200 metros de ella o comunicarse por cualquier medio.