La Dirección General de Tráfico (DGT) ha intensificado su estrategia para reducir los accidentes en las carreteras españolas con la instalación de 24 nuevos radares, siete de ellos en Galicia. En la provincia de Pontevedra, se ha colocado un radar fijo en el kilómetro 84 de la N-550, en el lugar de Bronllo, dentro del concello de Valga.
Un punto negro con antecedentes de alta siniestralidad
Este tramo de la N-550 destaca por su alta concentración de accidentes, lo que lo convierte en un punto negro según las estadísticas de la DGT. En 2017, el Gobierno ya había reconocido este problema y reforzó la señalización para advertir a los conductores. Además, el Ministerio de Fomento elaboraba un estudio informativo para una variante en Pontecesures y Valga, con el objetivo de ofrecer una alternativa a la N-550 y mejorar la seguridad vial.
Reparto de radares en Galicia
Los nuevos dispositivos no se limitan a Pontevedra. En el resto de Galicia, los radares se distribuyen de la siguiente manera:
- A Coruña:
- AC-221 (km 2,500)
- AC-841 (km 9,800)
- AC-552 (tramo entre los km 26,275 y 27,300)
- Lugo:
- LU-862 (km 74,150)
- Ourense:
- N-525 (km 237,880)
- OU-536 (tramo entre los km 25,850 y 28,040)
Más radares en camino
La DGT ha anunciado que, a lo largo de este año, se instalarán 122 nuevos puntos de control en todo el país, algunos de ellos en Pontevedra. Esta medida se justifica por la incidencia de la velocidad inadecuada como factor presente en el 21 % de los accidentes mortales en las carreteras españolas.
Con estas acciones, Tráfico refuerza su compromiso con la seguridad vial, buscando reducir los índices de siniestralidad y concienciar a los conductores sobre los peligros de no respetar los límites de velocidad.