Dos peritos judiciales que deben elaborar un informe en el marco de la investigación de la Audiencia Nacional sobre el hundimiento del buque gallego Villa de Pitanxo en febrero de 2022 están "plenamente convencidos de la necesidad y conveniencia de acceder al pecio" para determinar las causas del naufragio, una de las principales reclamaciones de los familiares de las víctimas.
En un informe remitido al juez de la Audiencia Nacional que investiga el hundimiento, al que ha tenido acceso EFE este lunes, uno de estos dos peritos, funcionarios del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, constata la necesidad de "una inspección ocular del estado del buque, el arte de pesca y el lecho marino de la ruta por la que estuvo siendo arrastrada la red de fondo".
Recuerda el informe, fechado el 10 de enero, que el Ministerio de Transportes "está ultimando la licitación del contrato de una empresa especializada en trabajos submarinos para poder acceder al pecio" y que "es previsible que se pueda llevar a cabo durante el periodo estival de 2023, cuando las condiciones meteorológicas y marinas son más favorables".
Los peritos creen "conveniente" que al menos uno de ellos pueda embarcar en el buque que sea desplazado para asistir en las labores de búsqueda y velar por que se lleve a cabo la inspección de todo lo que se considere necesario.
El medio adecuado, explica el informe, sería que se envíe a la zona donde se hundió el Villa de Pitanxo un buque dotado con un equipo sonar multihaz para la localización del pecio y un equipo de vehículos operados de forma remota por señales de radio o mediante un cable desde el buque nodriza.
Por otra parte, el funcionario también incluye una serie de peticiones al juez para poder elaborar su informe, como tener acceso al atestado de la Guardia Civil sobre el accidente, así como del reportaje fotográfico de las balsas salvavidas que fueron descargadas del buque que rescató a los tres supervivientes del naufragio. El juez ha atendido todas sus reclamaciones.
El Villa de Pitanxo naufragó el 15 de febrero de 2022, a 250 millas del puerto de Saint John's, en la isla de Terranova (Canadá); 21 marineros fallecieron y sólo tres sobrevivieron a la tragedia: el patrón del buque, su sobrino y un marinero de origen ghanés. El primero está investigado en la Audiencia Nacional.
