10 de enero de 2023, 15:00
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha confirmado la condena de 24 años de cárcel impuesta por la Audiencia Provincial de Pontevedra a un hombre por violar de forma continuada a su hija desde que tenía 5 años hasta que lo denunció, con casi 17 años.
También por agredir sexualmente a su mujer y ejercer violencia psíquica habitual sobre ella desde que se casaron, en 1990, hasta 2019.
La Sala de lo Civil y Penal rechaza el recurso presentado por el condenado, así como que proceda la modificación de la pena impuesta en aplicación de la nueva ley de garantía integral de la libertad sexual, conocida como ley de solo sí es sí.
Según informa el TSXG, la Sala explica que no procede la rebaja de la pena de seis a cuatro años de prisión por el delito de agresión sexual, pues el acusado y la víctima habían contraído matrimonio.
Así que "no estamos solo ante un delito de agresión sexual del artículo 179 del Código Penal en su nueva redacción, sino ante el subtipo agravado del artículo 180.4 4.ª (cuando la víctima sea o haya sido esposa o mujer que esté o haya estado ligada por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia), cuya pena gira entre siete y quince años", destacan los magistrados.
Además, subrayan que, "en el bloque de legalidad ahora vigente, la pena mínima, de acuerdo con los hechos probados, sería de siete años".
Por tanto, concluyen que la condena "que resulta favorable al reo" es la impuesta en la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que ha sido confirmada por el TSXG.
El acusado, además de la pena de cárcel, fue condenado a indemnizar a las víctimas con 65.000 euros por los daños morales causados, 50.000 para su hija y 15.000 para su esposa; y no podrá acercarse a ninguna de ellas durante los próximos 37 años.
Según consta como hechos probados, el hombre se metía habitualmente en cama de su hija y la llegó a violar, en ocasiones temporales concretas, casi a diario hasta que, con 17 años, se puso agresiva con su padre y le dijo que se lo contaría a sus hermanos.
La violencia contra su esposa, por su parte, la ejerció desde que comenzó su matrimonio, creando un "clima de terror constante" en ella, a la que menospreciaba, insultaba y controlaba a nivel económico y social "impidiéndole salir de casa o relacionarse con otras personas".
Estos hechos provocaron en las dos mujeres una "profunda huella psicológica" y, en el caso de su hija, "un fuerte sufrimiento emocional que ha influido en la formación de su carácter", según consta en la sentencia confirmada por el TSXG.
También por agredir sexualmente a su mujer y ejercer violencia psíquica habitual sobre ella desde que se casaron, en 1990, hasta 2019.
La Sala de lo Civil y Penal rechaza el recurso presentado por el condenado, así como que proceda la modificación de la pena impuesta en aplicación de la nueva ley de garantía integral de la libertad sexual, conocida como ley de solo sí es sí.
Según informa el TSXG, la Sala explica que no procede la rebaja de la pena de seis a cuatro años de prisión por el delito de agresión sexual, pues el acusado y la víctima habían contraído matrimonio.
Así que "no estamos solo ante un delito de agresión sexual del artículo 179 del Código Penal en su nueva redacción, sino ante el subtipo agravado del artículo 180.4 4.ª (cuando la víctima sea o haya sido esposa o mujer que esté o haya estado ligada por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia), cuya pena gira entre siete y quince años", destacan los magistrados.
Además, subrayan que, "en el bloque de legalidad ahora vigente, la pena mínima, de acuerdo con los hechos probados, sería de siete años".
Por tanto, concluyen que la condena "que resulta favorable al reo" es la impuesta en la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que ha sido confirmada por el TSXG.
El acusado, además de la pena de cárcel, fue condenado a indemnizar a las víctimas con 65.000 euros por los daños morales causados, 50.000 para su hija y 15.000 para su esposa; y no podrá acercarse a ninguna de ellas durante los próximos 37 años.
Según consta como hechos probados, el hombre se metía habitualmente en cama de su hija y la llegó a violar, en ocasiones temporales concretas, casi a diario hasta que, con 17 años, se puso agresiva con su padre y le dijo que se lo contaría a sus hermanos.
La violencia contra su esposa, por su parte, la ejerció desde que comenzó su matrimonio, creando un "clima de terror constante" en ella, a la que menospreciaba, insultaba y controlaba a nivel económico y social "impidiéndole salir de casa o relacionarse con otras personas".
Estos hechos provocaron en las dos mujeres una "profunda huella psicológica" y, en el caso de su hija, "un fuerte sufrimiento emocional que ha influido en la formación de su carácter", según consta en la sentencia confirmada por el TSXG.
