La EFSA, Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, ha publicado una evaluación que indica que el consumo de bisfenol A (BPA), una sustancia química utilizada en la producción de plásticos y resinas, puede afectar el sistema inmunológico. El BPA se encuentra en muchos envases de alimentos, como latas, botellas, platos, tazas y contenedores de alimentos y bebidas, así como en las tintas de los tiques de la compra.
La evaluación se basó en más de 800 nuevos estudios publicados desde enero de 2013, y se detectaron potenciales efectos nocivos en los sistemas reproductivo, de desarrollo y metabólico. Además, se observó un incremento de un tipo de glóbulo blanco, denominado T-helper, en el bazo, que podría dar lugar al desarrollo de inflamación pulmonar alérgica y trastornos autoinmunes.
La EFSA ha reducido la ingesta diaria tolerable (IDT) de bisfenol A, que es la cantidad que se puede ingerir diariamente a lo largo de toda la vida sin presentar un riesgo apreciable para la salud. En la evaluación anterior, se estableció un máximo de 4 microgramos por kilogramo de peso al día, mientras que en la actual se fijó en 0,2 nanogramos, una cantidad 20.000 veces menor. La autoridad europea concluye que las personas de todos los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superaban los límites admisibles.
En España, la utilización de bisfenol A en la fabricación de envases está prohibida desde enero de 2023, cuando entró en vigor la ley de envases. Sin embargo, no es así en otros países de la Unión Europea, lo que ha llevado a diferentes organismos a considerar la necesidad de crear una normativa europea común. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) insiste en la urgencia de prohibir el uso de bisfenol A a nivel europeo e insta a realizar controles para comprobar la ausencia de este contaminante en los productos que ya están en el mercado.