Cerca de 25.000 gallegos tienen artritis reumatoide (AR)i, una enfermedad autoinmune sistémica que provoca un gran impacto en la calidad de vida. “No obstante, gracias a que en Galicia hemos desarrollado consultas de artritis de inicio en todas las áreas sanitarias, podemos dar cada vez una atención más rápida a estos pacientes y ofrecerles un tratamiento adecuado. Además, contamos con la colaboración de nuestros compañeros de atención primaria para que deriven de forma inmediata a los pacientes con síntomas iniciales de artritis”, afirmó el Dr. Francisco Javier de Toro, jefe de Reumatología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) en el marco de una sesión formativa organizada por Galapagos dentro del XII Simposio de Artritis Reumatoide de la SER, celebrado recientemente en Vigo.
La artritis reumatoide es una enfermedad más frecuente en mujeres que en hombres (de hecho, las mujeres tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de padecerla[i]) y suele aparecer en la edad media de la vida, entre los 30 y 50 años[ii]. Generalmente, cursa por brotes, es decir, por periodos donde la enfermedad está más activa y produce más síntomas. Los más frecuentes son la inflamación de las articulaciones, la rigidez y el dolor, lo que suele conllevar una limitación de la movilidad y un fuerte impacto psicosocial para los afectados.
Nuevas estrategias y opciones terapéuticas: un futuro “a la carta”
Tal y como señalan los especialistas, la principal necesidad de los pacientes y de los profesionales sanitarios es lograr la remisión de la enfermedad (un estado que solo el 30% de los pacientes consigue alcanzar actualmente[iii]). A pesar de ello, el Dr. de Toro valora de forma positiva la evolución terapéutica que se ha experimentado en las últimas décadas: “La estrategia del tratamiento por objetivo en las consultas de artritis de reciente comienzo suponen una oportunidad que facilita una rápida atención a los pacientes con artritis y la incorporación de tratamientos innovadores más eficaces han conseguido frenar la enfermedad o hacerla mínimamente activa. En definitiva, la clave del éxito en el tratamiento de la AR es anticiparnos a la enfermedad”.
Es decir, la investigación se encamina, cada vez más, a actuar contra la causa de la enfermedad y no solo a paliar los síntomas. En este sentido, los últimos medicamentos que se han incorporado a este arsenal terapéutico contra la AR son los inhibidores de JAK. Estos tratamientos modulan las reacciones biológicas que producen la inflamación que causa la artritis reumatoide: “Son una nueva familia de moléculas con un diferente mecanismo de acción, que actúan a nivel intracelular, de administración oral, con beneficios clínicos y seguridad contrastada”, apunta el Dr. de Toro.
Por otro lado, como añade el Jefe de servicio de reumatología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, la asistencia multidisciplinar y la colaboración entre varios especialistas es fundamental para el control de la enfermedad y la elección del tratamiento oportuno: “En estos momentos la propuesta de una terapia a un paciente se basa en la presencia de algún perfil singular, como puede ser la necesidad de utilizar monoterapia, la presencia de una enfermedad pulmonar asociada, un síndrome de Sjögren o el deseo de embarazo. A medio plazo, seremos capaces de hacer un diagnóstico molecular preciso y, con biomarcadores de respuesta terapéutica, ofrecer a los pacientes un tratamiento ‘a la carta’”, concluye el Dr. de Toro.
Acerca de la artritis reumatoide
La AR es una enfermedad inflamatoria crónica en la que el sistema inmunitario de la persona ataca a las células sanas, lo que provoca una inflamación dolorosa en las partes del cuerpo afectadas, principalmente en las articulaciones.3 La AR puede causar daños en los tejidos que dan lugar a dolor crónico y discapacidad física.3 Más de 2,3 millones de personas de Europa tienen AR4 y las mujeres tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de padecerla5. La enfermedad suele aparecer entre los 30 y los 50 años de edad2.