El proceso de vertido de agua contaminada de la planta nuclear de Fukushima al Pacífico ha suscitado polémica en todo el mundo. Japón inició este jueves este controvertido proceso tras someter el agua a un tratamiento que reduce significativamente los residuos radioactivos. Expertos internacionales supervisarán este proceso para garantizar su seguridad.
A continuación, se presentan algunos aspectos clave sobre este vertido, llevado a cabo por las autoridades japonesas luego de obtener la aprobación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), aunque todavía tiene en contra a la industria pesquera japonesa, organizaciones ecologistas entre otros.
- ¿Origen del agua contaminada?
- ¿Motivo del vertido al mar?
- ¿Proceso de purificación del agua?
- ¿Vigilancia de la seguridad del vertido?
- ¿Quiénes se oponen a esta medida?
¿Origen del agua contaminada?
El origen del agua contaminada se remonta a la crisis nuclear desatada por el terremoto y el tsunami de 2011. En ese momento crítico, la operadora de la planta nuclear de Fukushima implementó una medida crucial: la inyección de agua marina en los reactores. Esta acción tenía un objetivo fundamental: enfriar el combustible atómico y evitar una catástrofe aún más devastadora.
A esta fuente de agua marina se le suman dos fuentes adicionales. Por un lado, el agua de lluvia que ha caído a lo largo de todos estos años sobre la zona afectada y, por otro lado, el agua de los acuíferos subterráneos, que ha penetrado en los edificios dañados de los reactores.
Es importante destacar que todas estas aguas se han convertido en portadoras de contaminación al entrar en contacto con materiales altamente radiactivos presentes en el interior de los reactores dañados. Como respuesta a esta situación, se realiza un proceso de extracción y tratamiento del agua para eliminar la mayoría de los elementos contaminantes. Posteriormente, esta agua tratada se almacena en grandes tanques ubicados en el recinto de Fukushima Daiichi.
¿Motivo del vertido al mar?
La razón detrás del vertido al mar radica en la acumulación de alrededor de 1,34 millones de toneladas de agua contaminada y ya procesada en la central nuclear. Estos volúmenes continúan aumentando constantemente en más de un millar de depósitos. La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), prevé que el espacio disponible para alojar nuevos tanques en las instalaciones nucleares se agotará para el año 2024.
Frente a este apremiante desafío de espacio, y con la mira puesta en "limpiar" a largo plazo la zona que actualmente ocupa la central en el proceso de desmantelamiento, las autoridades japonesas exploraron diversas opciones para gestionar el agua contaminada acumulada.
Finalmente, Japón optó por la vertedura controlada como la alternativa más factible y segura. Se consideró que esta opción era preferible en comparación con otras alternativas de mayor complejidad técnica y que, según los expertos, acarreaban mayores riesgos, tales como la infiltración subterránea o la posible vaporización del agua contaminada.
¿Proceso de purificación del agua?
El proceso de purificación del agua contaminada se lleva a cabo a través de un sistema conocido como ALPS (sistema avanzado de procesamiento de líquidos). Este sistema ha demostrado ser capaz de eliminar hasta 62 tipos de materiales radiactivos, con la excepción del tritio y el carbono-14. Estos elementos radiactivos son tratados meticulosamente para reducir su presencia en el agua.
El agua contaminada es sometida a múltiples etapas de procesamiento dentro del sistema ALPS. Este proceso se repite en varias ocasiones hasta que se asegura que los residuos radiactivos presentes en el agua cumplen con los límites regulatorios establecidos. Una vez que se ha logrado esta condición, el siguiente paso consiste en diluir el agua ya tratada con agua marina. Esta acción tiene como objetivo reducir aún más la proporción de tritio, que es el principal elemento remanente en el agua después del proceso de purificación.
En resumen, el proceso de purificación del agua contaminada se realiza a través del sistema ALPS, que es capaz de eliminar una amplia gama de materiales radiactivos. Después de múltiples etapas de procesamiento, el agua tratada se diluye con agua marina para disminuir la concentración de tritio, permitiendo así cumplir con los requisitos de seguridad establecidos antes de la posterior liberación controlada.
¿Vigilancia de la seguridad del vertido?
La vigilancia de la seguridad del proceso de vertido se lleva a cabo con un enfoque riguroso. La operadora de la planta nuclear realiza la toma de muestras del agua procesada en diferentes etapas dentro del sistema ALPS, así como antes de su descarga al mar. Estas muestras son sometidas a un análisis exhaustivo por parte de Tokyo Electric Power (TEPCO) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que cuenta con instalaciones propias en Fukushima Daiichi para supervisar cada fase del proceso.
Además, se efectuarán muestreos de agua marina, algas, peces y sedimentos en distintos puntos alrededor de la central, situada en la línea costera. Estas muestras serán evaluadas por TEPCO, el regulador nuclear japonés, la OIEA y laboratorios independientes de otros países.
En caso de que se identifiquen niveles de elementos radioactivos que superen los límites establecidos por las autoridades japonesas, basados en estándares internacionales de seguridad nuclear, TEPCO tomará medidas inmediatas. Estas medidas podrían incluir el cierre de los conductos por donde fluye el agua ya procesada y que se dirige al mar.
Es importante destacar que TEPCO cuenta con protocolos de seguridad diseñados para diferentes escenarios, como terremotos, tsunamis, tifones o fallos en el sistema de procesamiento. Estos protocolos contemplan la activación de cierres automáticos en las canalizaciones o la ejecución de cierres manuales para prevenir que aguas excesivamente contaminadas sean liberadas al mar. Estos mecanismos de seguridad están diseñados para garantizar que el proceso de vertido se realice de manera controlada y con el menor riesgo posible para el entorno marino y la salud pública.
¿Quiénes se oponen a esta medida?
La oposición a esta medida proviene de diversos sectores y actores. La Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras se alza como uno de los opositores más firmes al plan de vertido. Su principal argumento radica en que esta acción obstaculizará la capacidad de los pescadores de Fukushima para liberar sus capturas del estigma radioactivo que las ha afectado desde el año 2011.
Asimismo, parte de la sociedad japonesa ha expresado su desacuerdo con la idea de la vertida. Voces en la comunidad científica internacional también se han manifestado en contra, al igual que organizaciones ecologistas de renombre como Greenpeace. Estos críticos consideran que las garantías de seguridad presentadas no son suficientes para mitigar los posibles riesgos ambientales y de salud.
A nivel internacional, algunos países vecinos han manifestado preocupación o han protestado contra la medida. Entre estos países destaca China, que ha planteado la posibilidad de aumentar sus restricciones a los productos pesqueros japoneses como consecuencia de la vertida. Además, el territorio autónomo de Hong Kong ha tomado una medida drástica, prohibiendo la importación de productos pesqueros provenientes de alrededor de una decena de prefecturas japonesas. Esta oposición tanto a nivel nacional como internacional refleja la controversia y la complejidad que rodea el tema del vertido de agua contaminada de Fukushima al océano Pacífico.