jueves. 16.01.2025

Con el comienzo del nuevo año, muchos se plantean objetivos relacionados con el bienestar físico. Incorporar el ejercicio en la rutina diaria puede ser clave para prevenir enfermedades y mantener un estilo de vida activo. 

Consejos para empezar y mantener el hábito

  • Adherencia progresiva: Lo importante es que el plan de ejercicio sea sostenible en el tiempo. Se recomienda comenzar con sesiones cortas de 10 minutos al día e ir incrementando la duración de forma gradual hasta alcanzar los 30 minutos.

  • Simplicidad: No es necesario un gran equipamiento. Utilizar el peso corporal, bandas elásticas o incluso garrafas de agua puede ser suficiente para empezar.

  • Diversificación: Combinar distintos tipos de actividad, como fuerza, yoga o natación, para mantener la motivación y evitar el aburrimiento.

La importancia del ejercicio de fuerza

Este tipo de entrenamiento no solo ayuda a mejorar el estado físico, sino que protege contra problemas cardiovasculares, metabólicos y reduce el riesgo de lesiones. Incluso entrenar un día a la semana ya aporta beneficios, aunque el objetivo debe ser alcanzar al menos dos o tres sesiones semanales.

Pequeñas pausas que marcan la diferencia

Los "snacks" de ejercicio son pequeñas sesiones de entre 5 y 10 minutos destinadas a romper los periodos prolongados de inactividad. Se pueden realizar en casa, en la oficina o al aire libre y son útiles para evitar dolores musculares y mejorar el estado de ánimo.

Efectos negativos del sedentarismo

Pasar demasiadas horas sentado puede provocar dolores lumbares, rigidez muscular, aumento de la presión arterial y complicaciones metabólicas. Con el tiempo, estos efectos pueden acumularse y afectar la salud de forma significativa.

Estrategias para mantener la motivación

  • Encuentra tu motivo: Reflexionar sobre el motivo detrás de la actividad física, como prevenir enfermedades o mejorar la calidad de vida.

  • Asocia el ejercicio con actividades agradables: Escuchar un pódcast o entrenar con un amigo puede convertir la rutina en algo más ameno.

  • Planificación semanal: Tener un calendario con los días de entrenamiento ayuda a crear un compromiso y facilita la organización.

  • Celebrar los logros: Reconocer los avances, como completar una semana de entrenamientos, y recompensarse con actividades que refuercen el bienestar.

Romper las barreras más comunes

Una de las excusas más habituales es la falta de tiempo. Simplificar el acceso al ejercicio, por ejemplo, entrenando en casa con material sencillo, puede eliminar este obstáculo y facilitar la creación del hábito.

Incluir actividad física en el día a día no solo mejora la salud física, sino también el bienestar mental, favoreciendo un mejor descanso, reduciendo el estrés y aumentando la confianza en uno mismo. Crear rutinas simples y realistas es clave para no abandonar el propósito y disfrutar de una vida más activa.

Cómo combatir el sedentarismo e incorporar el ejercicio físico como hábito saludable