La empresa Quimatryx, con sede en San Sebastián, trabajará durante el próximo año en la creación de una molécula inhibidora de una proteína vinculada a enfermedades sin cura que pueda dar paso en trabajos posteriores al desarrollo de un fármaco oral para tratar el alzhéimer.
La investigación se llevará a cabo después de que el proyecto de Quimatryx fuera unos de los tres premiados entre los 157 que se presentaron a un concurso público impulsado por la fundación gallega Kaertor y la empresa farmacéutica Janssen, perteneciente al grupo Johnson & Johnson, multinacional que se hará cargo de su financiación junto a la Xunta de Galicia. El presidente de Quimatryx, Pedro Esnaola, y los científicos Yosu Vara y Eneko Aldaba han presentado hoy este proyecto con motivo de la visita que han hecho a la compañía representantes de la Fundación Biociencia Gipuzkoa.
La labor que tienen ahora por delante los investigadores de Quimatryx es la de crear nuevos compuestos orales capaces de pasar la barrera macroencefálica y llegar al cerebro para inhibir eficazmente la proteína HDAC6, muy relacionada con enfermedades para las que aún no se ha encontrado curación. Los científicos de Quimatryx están ya diseñando y sintetizando las primeras moléculas que envían cada lunes a Kaertos para su análisis, con el objetivo de elegir las que puedan ser probadas en modelos de ratón de Alzheimer en Janssen para encontrar entre ellas la "candidata" a ser testada en humanos, ha explicado Aldaba.
En función de los resultados que se obtengan en esta primera fase de desarrollo de compuestos, Qimatryx podrá seguir recibiendo financiación para el desarrollo de la molécula o contar con una licencia que lo permita, de forma que en un plazo de tres años se puedan tener los primeros resultados en humanos.
Esnaola ha dicho que cuando se inhibe la proteína HDAC6 no se producen efectos tóxicos -hay ratones que se han diseñado sin ella y viven normalmente-, pero sí ayuda al cuerpo a defenderse de determinadas enfermedades, entre ellas las neurodegenerativas, el cáncer y las autoinmunes. Ha destacado que su compañía ya lo ha demostrado con el linfoma de células de manto en animales. La dificultad en esta investigación, ha señalado, es traspasar esa barrera macroencefálica, algo en lo que son especialistas tanto Janssen como Kaertos.
La unión de las "capacidades" de las tres entidades es lo que puede dar "un producto ganador", ha subrayado. Desde que han comenzado con el proyecto, envían cada semana cinco compuestos para que los prueben en la fundación gallega, que tiene sus instalaciones en Santiago de Compostela, donde los testan y, con la información obtenida, Quimatryx empieza a generar las siguientes moléculas. Los investigadores de la empresa guipuzcoana tiene muchas esperanzas sobre el resultado de su estudio para combatir el alzhéimer.