viernes. 29.03.2024

El fisioterapeuta y psicoterapeuta Serge Peyron, creador de la Terapia Morfoanalítica, ensalza las bondades de que el ser humano se conozca a sí mismo a través de su cuerpo, un efecto reparador que es la base de esta técnica natural tan arraigada en Galicia y Cataluña y que trata dolencias tanto físicas como psíquicas.

 

Este francés, que se encuentra en Galicia para impartir una ponencia, empezó tratando a sus pacientes como un fisioterapeuta más, pero su inquietud y su espíritu aventurero e investigador lo llevaron a ampliar sus conocimientos profesionales, formándose con expertos de la talla de Francoise Mézières, por aquel entonces una controvertida profesional que defendía la organización "en cadenas" del sistema muscular y la importancia de tratar a sus pacientes con un trabajo corporal global.

 

Peyrot aplicó esa técnica e imprimió, a la vez, otros métodos de masajes que comenzaron a producir reacciones emocionales intensas en los pacientes, que descargaban gran cantidad de energía reprimida. Con el paso del tiempo y el avance de la experiencia personal y profesional, Peyrot creó, en el año 1985, la Terapia Morfoanalítica, una terapia psico-corporal que utiliza un "método global" que trata tanto sufrimientos físicos como psicológicos, explica su creador, y en la que confluyen elementos de la psicología y de la fisioterapia, además de un gran bagaje clínico.

 

Este método concibe al ser humano como una unidad indisociable e inseparable, "cuerpo-psique", por lo que revaloriza el papel del cuerpo en la psicoterapia, especialmente en las manifestaciones psicosomáticas. "La atención está puesta en el cuerpo", incide Peyrot. La terapia restaura, además, la dimensión del toque, invitando al paciente a tumbarse para hablar de sus sensaciones y hacer una propuesta de tratamiento en base a esas experiencias. "Invitamos al paciente a poder hablar de lo que vive y siente en su cuerpo.

 

Así, hacemos alternancia entre tratamientos físicos y corporales con otros en los que las emociones juegan un papel fundamental". Lumbalgia, escoliosis, crisis de ciática o enfermedades posturales son algunas de las patologías a nivel físico más tratadas con esta terapia, que pasa por "reequilibrar" la postura a través del método de "las cadenas de compensación", y deshacerlas para lograr instalar "un equilibrio más armónico" que elimina esa acumulación de tensiones, que en ocasiones se produce a lo largo de los años. No obstante, los sufrimientos de orden psicológico también parecen tener una cura en esta técnica "aún en crecimiento".

 

Trastornos anímicos, alimenticios, estados depresivos o circunstancias tan cotidianas como una separación o la muerte de un ser querido buscan en el cuerpo una vía de acceso para "la reconstrucción del yo". "El cuerpo nos ayuda mucho a reconstruir estas partes que han sido desequilibradas cuando la persona se encuentra en este estado de crisis psicológica", observa Peyrot.

 

Este tratamiento busca ayudar a entender lo ocurrido para volver a unificar y reunir esa parte psicológica con la corporal. Pero no es necesario padecer una dolencia o una enfermedad para acudir a esta terapia. Hay varias personas, ilustra este experto, que lo utilizan como método preventivo y otras que lo emplean como método de investigación sobre uno mismo, como una nueva faceta para explorar dentro del "crecimiento personal".

 

"Tienen la intuición, y con razón, de que hay cosas que no están muy claras. Por ello, quieren saber más de sí mismos, y no tienen la necesidad de esperar a tener síntomas para conocerse. Es una evolución personal". Durante estos casi treinta años que tiene de vida la terapia, ha sufrido varios cambios y transformaciones.

 

En un primer momento, cuenta a Efe Peyrot, era un método terapéutico, que trabajaba casi exclusivamente las dolencias físicas, y desde ahí se ha transformado hasta convertirse en lo que es ahora, un método psico-corporal. A pesar de esta "metamorfosis mutante", hay un principio, un germen base que estuvo presente a lo largo de todo el crecimiento: el carácter natural de una terapia alternativa, que no utiliza ningún tipo de herramienta o utensilio.

 

"El único instrumento que usamos son nuestras manos cuando practicamos alguna técnica de estiramiento, respiración o masaje", señala. Y esta es una de sus premisas fundamentales, ese ingrediente que marca la diferencia y, explica Peyrot, el éxito de la misma, que da "muy buenos resultados" a través de técnicas tan conocidas como el de su mentora, "el método Mézière".

 

Serge Peyrot visita Galicia este fin de semana para impartir una conferencia y dirigir un taller sobre este cuadro terapéutico, que aún es desconocido para muchos. La visita se encuadra dentro del conjunto de actividades que la Asociación Española de Terapeutas Morfoanalistas está desarrollando a nivel estatal para dar a conocer un método ya asentado en países como Francia y Brasil, y fuertemente arraigado en Galicia y Cataluña.

 

Precisamente será la Comunidad gallega la que se convierta, el próximo año, en la capital internacional de este método, ya que la ciudad de Pontevedra acogerá el V Congreso Internacional de Terapia Morfoanalítica, bajo el título "El poder creativo del cuerpo".

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