sábado. 20.04.2024

La letrada Carmen Ventoso, que se ocupa de la defensa del electricista gallego Manuel Fernández Castiñeiras, ha señalado hoy que la detención de su cliente estuvo motivada por las escuchas obtenidas a través de los micrófonos que se instalaron en su domicilio, una prueba que ya el tribunal anuló.

 

Esta abogada ha manifestado a la prensa, antes del inicio de una nueva sesión del juicio, que el arresto se debió "a lo que allí escucharon" y ha desvelado que en un momento se oye a Jesús, el hijo de este operario y de la costurera Remedios Nieto, decir a su padre "cómo se pone así" y "qué es lo que esconde" en un despacho al que nadie tenía acceso.

 

Carmen Ventoso ha apuntado que "ante esto decidieron detener" a los tres, después de que se "invadiese la intimidad" de esta familia, y ha criticado que a "dos personas absolutamente inocentes como Remedios y Jesús se las mandase a prisión" y se vean obligadas a sentarse en el banquillo. De la inocencia de Fernández Castiñeiras no se ha pronunciado expresamente, pero sí ha arremetido contra un proceso que considera "absolutamente nulo" puesto que, en términos metafóricos que no ha precisado, "más que un árbol envenenado, hay un jardín botánico".

 

La letrada se ha referido a la gestión en la Catedral de Santiago de Compostela, donde se custodiaba el Códice Calixtino cuyo robo se juzga, y ha apuntado que jamás han reclamado sustracción alguna de dinero, más que de este manuscrito del medievo, "y cuando aparece", en alusión a la mayúscula suma encontrada en propiedades de Fernández Castiñeiras, "dicen que es suyo". "Durante la investigación se preguntó reiteradamente, una y otra vez, sobre cuestiones que pudiesen estar relacionadas con el robo" del Códice, "y nadie dijo absolutamente nada, solo cuando faltó el dinero". Además, solo una persona "conocía los ingresos" del templo que preside la Plaza del Obradoiro, mientras que el resto "eran invitados de piedra".

 

De las grabaciones de una cámara de seguridad, las más reveladoras, ha dicho que están "manipuladas", puesto que es una secuencia de "corta y pega" donde parece que "solo entraba el señor Castiñeiras" al despacho en el que estaba instalada la caja fuerte. Carmen Ventoso ha apuntado, por último, que el proceso judicial parece haber avanzado totalmente "a espaldas" del imputado y de su defensa, por lo que reclama "justicia". Fernández Castiñeiras, que prestó sus servicios en calidad de autónomo en la Catedral de Santiago, estuvo interno en el centro penitenciario de Teixeiro (A Coruña) desde julio de 2012 hasta enero de 2013 y está incriminado en dos delitos de robo con fuerza, uno de ellos continuado; otro contra la intimidad, y, el último, de blanqueo de capitales. El Ministerio Fiscal reclama para él 15 años de cárcel, que la Iglesia, personada como acusación particular, quiso elevar a 31. Para su mujer, Remedios Nieto, y su hijo, Jesús Fernández Nieto, el Ministerio Fiscal limita su petición de pena a un año y medio de prisión para cada uno de ellos por blanqueo de capitales y prevé una alternativa de seis meses por sendos delitos de receptación. La joya literaria que figura en el epicentro de esta causa desapareció en julio de 2011 y se encontró un año después en un garaje propiedad del operario que hoy se sienta en el banquillo, envuelta entre papeles de periódicos que evitaron que se dañase.

 

La defensa del electricista achaca la detención de su cliente a las escuchas