viernes. 19.04.2024

El presidente del tribunal que juzga el robo del Códice Calixtino, Ángel Pantín, ha aceptado la demanda de la defensa del autor confeso del robo de este manuscrito y ha declarado nulas las pruebas obtenidas mediante los micrófonos instalados en la casa del electricista Manuel Fernández Castiñeiras.

 

El juez instructor José Antonio Vázquez Taín definió esta medida como "excepcional", en un auto que dictó el 28 de mayo de 2012, pero observó que era útil, adecuada, justificada y necesaria, toda vez que los pinchazos telefónicos habían resultado infructuosos, y con la confianza de que este operario, que trabajó en calidad de autónomo para la Catedral de Santiago, se relajase en el ámbito familiar. Fue por ello que se autorizó la invasión del espacio privado para la colocación de estos dispositivos electrónicos, solo para el efecto mencionado, y vetando la disposición de los mismos en dependencias especialmente sensibles.

 

Ángel Pantín ha remarcado acerca de esta medida muy poco común en la justicia española que todo el mundo "tiene derecho al respeto en su vida privada". Acerca del interrogatorio de Vázquez Taín al hombre que hoy se sienta en el banquillo, un acto que su abogada tildó de "cuasi despectivo", Pantín ha entendido justificada la queja por el tono, pero no ha considerado que esto constituya un motivo de nulidad. Manuel Fernández Castiñeiras confesó en julio de 2012, un año después de la sustracción de esta joya literaria que fue hallada en un garaje de su propiedad, que él había sido el responsable de su desaparición. 

 

Nulidad de las pruebas obtenidas por los micrófonos en casa del electricista