Javier Ramos
Santiago de Compostela, 16 jun (EFE).- El artista madrileño C. Tangana ha sido el gran protagonista este jueves de la fiesta de regreso de O Son do Camiño tres años después de la última edición de este festival, que en este 2022 se ha desprendido de corsés y ha apostado por convertir el recinto del Monte do Gozo en una celebración desde primeras horas de la tarde conjugando reguetón, pop y música electrónica con retales de rock y sonidos alternativos.
Organización y artistas han pasado página con el día de hoy del grave accidente ocurrido el pasado viernes tras el desplome de uno de los escenarios durante el montaje, que dejó seis heridos, de los cuales uno permanece "estable" en la UCI.
Pasadas las diez de la noche, varios minutos más tarde de la hora prevista, Antón Álvarez Alfaro -el nombre que se esconde tras la máscara de C. Tangana- ha salido al escenario principal del recinto para actuar ante un público entregado, el más masivo de la historia del festival, que ha elevado hasta los 40.000 espectadores su capacidad tras las obras de ampliación practicadas en el recinto.
Junto a él han estado colaboradores habituales en esta gira "Sin cantar ni afinar" como La Húngara o Antonio Carmona, sentados en un bar castizo -copas de Soberano incluidas- que ha servido de telón de fondo para un espectáculo cuidadosamente medido.
El rap agresivo de "Still rappin'", de su mixtape "Avida Dollars", ha sido la elección para abrir un concierto jaleado desde foso y gradas del Monte do Gozo, y en el que ha tenido gran presencia el último trabajo de este autor, el reciente disco "El Madrileño", que ha consagrado a C. Tangana entre los artistas de referencia del panorama nacional.
Rumba ("Ingobernable", "Me maten"), pasos de Semana Santa ("Demasiadas mujeres"), bachata ("Ateo") o bossa nova ("Comerte entera") han sonado hoy en O Son do Camiño en un concierto que ha mostrado las infinitas caras de C. Tangana, una trituradora de sonidos e influencias, que se reencontraba con el festival tras haber actuado en su primera edición en 2018.
Cuatro años en los que su trayectoria ha despegado hasta niveles insospechados entonces y que hacen que hoy apenas haya alusiones a las canciones de su anterior etapa. No obstante, ha regalado, como guiño a aquel Antón, "Antes de morirme", una de sus colaboraciones con Rosalía, en el tramo final del concierto, para celebración de muchos de los presentes.
Para terminar, han sonado "Tú me dejaste de querer", enfatizada por una ligera lluvia, y, solo con acompañamiento de guitarra y con el cantante en camiseta de sisas, "Un veneno", que ha cerrado el concierto, una muesca más en el revólver de un C. Tangana que mañana presidirá la programación del festival Sónar, en Barcelona.
El madrileño se ha llevado los flashes de las horas centrales de un festival que desde primeras horas de la tarde ha recibido a miles de personas dispuestas a disfrutar de una complicada mezcla de estilos, en la que la música urbana y el pop han terminado devorando -al menos en atención prestada por los espectadores- al resto de propuestas.
Furious Monkey House inauguraron el escenario principal a las 15:30 horas con un concierto guitarrero cuyo espíritu retomaron The Killer Barbies desde el secundario. No obstante, y pese al tempranero reclamo de un histórico del rap como Kase.O con su "Jazz Magnetism", tuvieron que pasar varias horas hasta que llegasen la mayoría de los asistentes.
El primer gran concierto del día fue el del reguetonero puertorriqueño Jhay Cortez, ya ante miles de personas pese a celebrarse a media tarde, y que hizo valer la popularidad de sus temas, muchos en colaboración con estrellas del género como Bad Bunny o J Balvin, para hacer bailar hasta el suelo a los presentes al ritmo de conocidos estribillos como los de "Fiel" o "No me conoce".
"¿Me siguen o no me siguen?", preguntó casi a cada canción, para euforia de un público que enseguida bajó las revoluciones con los conciertos que siguieron a continuación. El pop meloso de Carlos Sadness cautivó a los que optaron por desplazarse al escenario secundario, aunque la mayoría prefirió recargar bebida y esperar en la zona principal a la salida de los británicos Foals.
El rock alternativo de los ingleses no terminó de mezclar bien con lo que esperaban los asistentes y, aunque temas enérgicos como "Mountain at my gates" o "My number" funcionaron de forma correcta, la recepción de los medios tiempos clásicos de la banda como "Spanish Sahara" fue bastante tibia, especialmente una vez la lluvia hizo acto de presencia en este O Son do Camiño.
Por suerte, fueron cuatro gotas que se quedaron en anécdota y "Two steps, twice", de su primer disco, puso el cierre a un concierto solvente, aunque necesitado de mayor conexión entre platea y tribuna.
Todo lo contrario de lo que ocurrió después con Sen Senra. El músico gallego aprovechó su condición de local y salió al escenario acompañado únicamente por su maestro de mezclas, con el que, al son de canciones redondas como "Perfecto" o "No hace falta", hizo las delicias de un público que, en las primeras filas, llegaba a profesar auténtica devoción por su figura.
Para el tramo final del festival en su primer día quedan reclamos como el pop romántico del artista colombiano Sebastián Yatra -en su primer concierto de la gira en España-, el trap gallego de Boyanka Kostova, los ritmos urbanos y bailables de Lola Índigo, o el gran atractivo internacional de la jornada, el dúo de música electrónica británico The Chemical Brothers. EFE
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