martes. 19.03.2024

La Unidad de Patrimonio de la Policía Nacional investigará la desaparición de las cartas que intercambiaron Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán denunciada por los herederos de Agustín González de Amezúa y Mayo, académico de la RAE fallecido en 1956 y que custodió las misivas.

Fuentes familiares han confirmado a Efe la presentación de esta denuncia a finales del pasado mes de marzo, de la que informó El País, que aseguraba que tras la muerte del académico, dueño de una de las bibliotecas más importantes de España, su patrimonio se dividió entre sus tres hijos y que Clara María González de Amezúa, la única hija que sigue viva, aseguró haber visto las cartas.

El destino que corrieron las apasionadas cartas que Benito Pérez Galdós escribió a su amada Emilia Pardo Bazán es un misterio e, incluso, se barajó la posibilidad de que hubieran sido destruidas.

De las cartas que la escritora gallega envió a Galdós se conservan poco más de 90, pero las que el autor de Los Episodios Nacionales escribió a su amada no se encuentran. Hay muchas teorías, e incluso se dijo que Carmen Polo las quemó cuando llegó al Pazo de Meirás, donde anteriormente vivía Emilia Pardo Bazán.

Pero un librero anticuario de Madrid, Guillermo Blázquez, aseguró a Efe el pasado 11 de diciembre que 80 de ellas se encontraban en una biblioteca particular, que las había visto hace unos 30 años y que había leído un par de ellas.

Fuentes de la familia han explicado que Clara María González de Amezúa, de 91 años y premio Nacional de Gastronomía en 2015, recordó que esas cartas desaparecieron un día de la casa de su padre y que entonces fue un "disgusto".

Su padre, Agustín González de Amezúa impulsó y estuvo al frente de la Sociedad de Bibliófilos Españoles y heredó la nutrida biblioteca de su tío, Ramón Nocedal Romea. En 1989, la RAE recibió su legado que, contiene, entre otras muchos documentos, treinta y ocho cartas de Emilia Pardo Bazán a Benito Pérez Galdós.

Además, una caja en forma de libro, con el rótulo "Epistolario sentimental", que no se podrá abrir hasta pasados 70 años de su muerte, en 2026.

La familia de Clara María González explica que la denuncia se ha interpuesto para aclarar el asunto y poder cumplir el deseo del académico, que era que su legado estuviera en la RAE, en caso de que se trate de las cartas que custodiaba Agustín González de Amezúa. Y que si se encuentran, la persona que las tenga aclare cómo llegaron a su poder.

"Si han desaparecido indebidamente, que se justifique cómo fueron adquiridas", indica la familia.

Las fuentes familiares subrayan en que no hay ningún ánimo de lucro en su denuncia que, según les informó la Policía Nacional sería remitida a su Unidad de Patrimonio, y que solo quieren que, en caso de que sean esas cartas, estén a disposición de los estudiosos e investigadores en la Real Academia.

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843-Madrid, 4 de enero de 1920) y Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 16 de septiembre de 1851-Madrid, 12 de mayo de 1921) mantuvieron una relación de amistad a lo largo de muchos años, pero durante dos fueron amantes, mientras ella estaba casada, y su correspondencia epistolar fue fogosa. 

La Unidad de Patrimonio investigará la desaparición de las cartas de Galdós