El macropuente festivo ha sido una oportunidad para que O Grove, en Galicia, reciba a turistas madrileños y otros visitantes de Portugal. La llegada masiva de visitantes ha llenado hoteles, restaurantes y calles, pero también ha reavivado la vieja polémica de la "invasión de autocaravanas".
Desde el viernes, estas casas rodantes se han multiplicado, y algunos autocaravanistas han sido criticados por montar una especie de improvisada cocina-comedor junto a sus vehículos en espacios públicos y/o protegidos. Además, algunos estacionan en dunas y cerca de playas y calas, incluso en zonas integradas en la Red Natura 2000.
Propietarios de campings y hosteleros mecos han exigido que se controlen y eviten este tipo de prácticas. El alcalde, José Cacabelos, ha alertado de la situación y ha pedido medidas contundentes, porque considera que este turismo genera enormes problemas y costos adicionales.