viernes. 29.03.2024

El juzgado de lo contencioso número dos de Santiago ha dictado una sentencia que condena al Sergas por "mala praxis" en el Hospital Xeral de Vigo ante la inexistencia de consentimiento informado válido en el caso de dos intervenciones que fueron practicadas a una misma paciente.

 

Ambas se circunscriben al servicio de Neurocirugía y la afectada B.C.P. de 75 años y vecina de O Morrazo murió pasado el tiempo tras una serie de complicaciones posteriores a la cirugía sin que, apunta el Defensor del Paciente, el servicio gallego de salud explicase "de forma coherente" la causa del óbito. La mujer comenzó en 2005 a presentar serias dificultades al caminar, así como incontinencia urinaria, hipoacusia -menor audición-, aislamiento, ánimo decaído, tristeza y una marcada pérdida de la memoria.

 

El 10 de abril del año siguiente ingresó en el complejo hospitalario universitario de Vigo, trasladada desde el de Pontevedra, con la sospecha diagnóstica de un neurinoma del acústico que provocaba comprensión del tronco con hidrocefalia obstructiva secundaria. Una vez ingresada y con las pruebas pertinentes, esto se confirmó, y el 19 fue intervenida para la colocación de una derivación al ventrículo peritoneal mediante una válvula, sin que se apreciase, señala el abogado Cipriano Castreje tras conocer el fallo, "mejoría" alguna. "Y no existió el consentimiento informado para la colocación de la válvula de derivación", suscribe.

 

El fallo, que obliga a una indemnización de 18.000 euros por daño moral, observa que no se informa de los riesgos inherentes ni de las alternativas, así como tampoco de un "tratamiento conservador", que era una opción a ponderar. Más adelante, el 3 de mayo de 2005, esta persona fue de nuevo operada para extirpar el neurinoma, al encontrarse en el límite por tamaño para ser tratado por radiocirugía, llevándose a cabo tal acto mediante una craniectomía suboccipital y exéresis de la lesión.

 

En este caso sí se reconoce que existe un documento estándar con la identificación de la paciente, del facultativo firmante y la intervención que se va a practicar, pero no las alternativas ni los riesgos. La mujer sufrió una parálisis facial del lado izquierdo, que le impedía cerrar el párpado y mover correctamente la boca, y que se da en más de la mitad de los casos, y el Tribunal Supremo, recuerda la sentencia de la que informa el Defensor del Paciente, tiene declarada la invalidez del consentimiento prestado mediante formularios tipo.

Condenan al Sergas por intervenir a una paciente con consentimientos indebidos